viernes, 10 de junio de 2022

7.000 ASTURIANOS CON EL MAR COMO ÚNICA SALIDA EN 1937



Félix Población

Muchos de los que crecimos y vivimos en aquella comunidad y guardamos vínculos de familia y amistad con ella, nos hemos preguntado muchas veces por el número de asturianos que casi a la desesperada tomaron el camino del mar para huir de la represión franquista*. 

Esa fue, meses antes incluso de que la región fuera ocupada por las tropas sublevadas, la única salida hacia la libertad de quienes se habían comprometido en defensa de la democracia y el régimen republicano. Incluso también pudo ser la de quienes, como mi abuelo, no teniendo edad para ese compromiso de lucha contra el fascismo, solicitaron la evacuación por temor a las represalias, quizá por haber militado en un sindicato obrero y tener a su hijo en el frente combatiendo a los militares golpistas. 


Mis abuelos no llegaron a embarcar, pero sí lo hicieron hasta 7.000 asturianos, según un estudio llevado a cabo por Claudine Allende, memorialista francesa, en una investigación que lleva por título Asturias 1937. La mar como única salida, que presentará hoy Allende en el Ateneo Obrero de Gijón junto a Antonio Muñoz, uno de los directores del proyecto europeo Lecciones para el presente. Rotspanier, trabajadores forzados durante la II Guerra Mundial. La desmemoria de Europa

El estudio fue realizado por el grupo Eleuterio Quintanilla y la Universitat Rovira i Virgili. Claudine Allende y Rosa Calvo, profesora jubilada e investigadora del grupo Eleuterio Quintanilla, llevaron a cabo el listado de los ocho barcos de los 146 que se calcula que partieron de los puertos asturianos, sobre todo desde Gijón, desde el mes de mayo a octubre de 1937. Más conocido es el hecho de la evacuación de más de un millar de niños desde el puerto de el Musel, a bordo del buque Deriguerina, en la noche del 23 de septiembre de 1937, con rumbo a la Unión Soviética.

Las primeras evacuaciones masivas fueron organizadas por el Consejo Soberano de Asturias y León, según podemos leer en los periódicos gijoneses de la época. Las listas recientemente descubiertas señalan el nombre, el lugar de procedencia y la edad de los ocupantes. Según esa investigación, la prioridad la tuvieron en principio las mujeres viudas con hijos, las casadas con hijos y las mujeres mayores de 60 años. No embarcaban los hijos mayores de 15 años, por si pudieran ser válidos en su momento para combatir. 

Los días 19, 20 y 21 de octubre, antes de la ocupación de Gijón por las tropas sublevadas que daría lugar a la caída del frente norte en su poder, aparecen en las listas también los soldados republicanos. Tuvieron esas últimas evacuaciones una carácter desesperado, con el riesgo añadido de poder ser capturadas las embarcaciones -como ocurrió en muchos casos- por los buques de guerra facciosos.  

Nunca supe por qué mis abuelos no eligieron el mar como única salida, pero los documentos de esa solicitud constan y me sorprendió encontrarlos hace muchos años en el archivo del Centro Documental de la Memoria Histórica. También constaban sus nombres entre las fichas de quienes habían militado en sindicatos obreros.

*Leáse mi artículo en El Salto: El vuelo apresado del Gaviota y otrso barcos republicanos de la libertad.

     DdA, XVIII/5191     

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