lunes, 16 de mayo de 2022

EUROVISIÓN: CHANEL NO QUEDÓ DE CULO (PESE A SU INDUMENTARIA )


Este Lazarillo, de regreso de un fin de semana en órbitas ajenas al mundanal ruido, hace suyos los comentarios de Manuel Antonio Goti del Sol y Vicente Bernaldo de Quirós a propósito de la última edición (no caerá esa suerte) de ese artefacto mediático infumable que se llama Festival de Eurovisión. El de Goti es así de rotundo: "Me ha picado la curiosidad y esta mañana contemplé la actuación de la representante española en Eurovisión. Me ha parecido un gran ejercicio gimnástico, merecedor de la mayor puntuación. En cuanto a lo demás, digo lo mismo que Pepe Isbert en aquella memorable película sobre Lolita Sevilla: ¿Ah pero canta?.
Vicente Bernaldo de Quiros
Tomarse en serio el Festival de Eurovisión es un ejercicio de credulidad rayando en la idiocia. Algo así como pensar que los conejos que salen de la chistera de un prestidigitador tienen que ver con la magia y no con el engaño visual a los espectadores o creerse a pies juntillas los horóscopos de los periódicos.
Lo digo porque he visto y leído por ahí a gente indignada por el triunfo musical de Ucrania con la coletilla de que es un festival demasiado politizado. Perdonad, bonitos porque ya lo era desde sus inicios cuando los países bálticos se votaban entre sí y Portugal y España se intercambiaban los respaldos como si fueran la Federación Ibérica
Acordaros de que Israel, geográficamente europeo, como todo el mundo sabe, logro la victoria no con el voto del público, sino por los santos cojones de un sanedrín que se inventaron los organizadores. Si hasta Franco sobornó a Alemania para que ganará Massiel, decepcionando nuestras ilusiones y celebraciones adolescentes.
Ya desde Chiquilicuatre, un torpedo en la línea de flotación de Eurovisión, el personal se toma muy a coña los intríngulis de las votaciones y los puestos, que tienen tanta verosimilitud como las oposiciones a cátedra en nuestras universidades. Desde hace mucho tiempo se le conoce como el Festival de Eurorrision. No
Suena hasta enternecedor el esfuerzo cuidador y propagandístico de la OTAN para que Ucrania se llevará la victoria para que el personal no olvide que es país víctima de Putin, y teniendo en cuenta que la rusofobia que nos rodea impidió a Rusia tomar parte en esta charanga.
Que haya ganado Ucrania tampoco está tal mal, ni que España hubiera quedado la tercera (yo viendo la indumentaria de Chanel, creía que iba a quedar de culo). Démosle una pequeña satisfacción a Zelenski, que nos alecciona todos los días con sus camisetas de campaña desde cualquier parlamento mundial, porque es lo único que va a ganar Ucrania. Lo de la guerra lo tiene demasiado crudo y ni a sus más leales aliados se les pasa por la cabeza. Por mucho que digan, aquí no se pueden hacer trampas.

DdA, XVIII/5168

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