Carmen Negrete
Es una de las medidas estrella de la
coalición de socialdemócratas del SPD, verdes de Die Grüne y liberales del FDP:
un abono para el transporte público local y de cercanías por nueve euros al mes
durante los próximos tres meses. La ayuda viene a tratar de compensar la
pérdida de poder adquisitivo que están sufriendo las familias en el país, que
atraviesa un periodo de inflación a casi el 8% y de precios por la energía
desorbitados.
Al mismo tiempo, el gobierno quiere
provocar un cambio de mentalidad en aquellas personas que puedan permitirse
prescindir del coche para incentivar alternativas menos nocivas para el clima.
Desde esta semana se pueden comprar dichos tickets. Un millón de personas ya
los han sacado de los expendedores de billetes.
En la capital alemana, por poner un ejemplo, un ticket mensual de la zona centro cuesta 86 euros. Si la persona vive en el extraradio el precio es de 107 euros al mes. Gracias al gobierno de coalición de SPD, Die Grüne y la izquierda de Die Linke existe desde hace dos legislaturas un ticket de transporte gratuito para los alumnos de los colegios berlineses. Los más beneficiados de la rebaja serán los alrededor de 27 millones de habitantes de las capitales alemanas, ya que la red de transportes públicos está mejor equipada que en las zonas rurales, en las que viven alrededor de 55 millones de personas que dependen en buena parte del coche. En algunas regiones se están incentivando a las empresas que ofrecen coches de alquiler compartido, el denominado car sharing, pero es algo, por el momento, casi anecdótico. El ahorro y sus costes para las empresas de transporte será asumida por el estado central, pero la medida ha provocado protestas de los parlamentos regionales, que temen un aumento del número de pasajeros al que no podrían hacer frente sin poner más autobuses y trenes en funcionamiento.
Paquete de alivio
El llamado “paquete de alivio” fue
aprobado por el Bundestag el pasado 19 de mayo. En él se contempla no sólo el
ticket de nueve euros al mes, sino también un pago único para compensar los
precios de la energía de 300 euros por cada trabajador que será efectivo en
septiembre, a los que se sumarán cien euros adicionales por cada hijo. En el
caso de los perceptores de ayudas estatales serán 200 euros a cobrar en julio.
El combustible será subvencionado
asimismo a partir del próximo 1 de junio en 30 céntimos el litro de gasolina y
14 el de diésel. Asimismo se baja el impuesto llamado “EEG Umlage”, con el que
se financia la construcción de infraestructura de energías renovables, a fin de
que de ese modo baje la factura de la luz.
El portal de comparación de precios
Verivox calculó la subida del precio de la energía para una hogar medio de
cuatro personas y llegó a la conclusión de que entre abril de 2021 y el mismo
mes de 2022 el gasto anual pasaba de 2.408 euros a 6.269. Un 62% más.
En función del método utilizado para la
calefacción y el agua caliente, la factura varía y los más afectados han sido
aquellos hogares que se calientan con gasolina y con gas. El gasóleo de
calefacción ha subido un 144% en lo que va de 2022. En muchos casos las
familias pagan un precio estimado que a final del año se compara con el consumo
y los precios reales, por lo que millones de familias temen en estos momentos
el pago que tendrán que realizar en diciembre de este año, así como la nueva
tarifa adaptada a los precios actuales. Es por ello que se espera un aumento de
las insolvencias privadas, que ya en 2021, debido a la pandemia, se multiplicó
por dos en relación al ejercicio anterior.
Los precios de la
energía, que de media han subido un 49% desde enero, afectan a toda la cadena
de suministro y hacen que todos los productos encarezcan. Según una encuesta de
McKinsey, lo que más preocupa a los alemanes en este momento es la inflación. Un
29% va a tener que limitar su estilo de vida, en especial las personas con
bajos ingresos. Uno de cada tres ciudadanos ya gasta menos en cuestiones como
la cosmética, la ropa, el entretenimiento o los viajes. Y es que el precio de
los alimentos, en especial, no para de ascender. El caso de la mantequilla, que
ya va por una subida del 44%, es paradigmático. El economista Thomas Roeb de la
Universidad de Bonn-Rhein-Sieg explicaba a la televisión pública ARD que “los
precios van a seguir subiendo, aunque sea de forma más lenta”. Los principales
motivos: la guerra en Ucrania encarecería a partir de 2023 aún más los
alimentos por la mala cosecha que se espera, así como aquellos alimentos que no
se importarán de Rusia y los contactos perturbados con China debido a la
pandemia. El experto asegura que muchos de los productos que se venden ahora
están aún en stock de los almacenes y cuando se tenga que comprar sobre nueva
producción, el precio será mayor.
El Salto DdA, XVIII/5179
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