miércoles, 27 de abril de 2022

TVE Y EL PASTELEO DE UNA REFORMA MÍNIMA DE LA CORONA


Félix Población

Esta mañana hemos sabido de la dimisión de Esteve Crespo como director de Contenidos Informativos de RTVE. Aunque Crespo ha alegado para ello motivos personales, las causas hay que buscarlas -según fuentes de RTVE consultadas al respecto- en las diferencias de criterio entre este y su superior y el presidente de la citada corporación pública, José Manuel Pérez Tornero, empeñado en controlar la línea editorial de los informativos, tanto de Radio Nacional de España como de Televisión Española. 


Tal como podemos comprobar a diario en esos informativos, cuyo tedioso nivel de presentación, objetividad y profesionalidad están muy por debajo del que cabe exigir en una televisión pública, Tornero no solo pretende mantener el pacto con el Partido Popular suscrito por el gobierno del PSOE tratando con una deferencia nunca observada al principal partido de la oposición, e incluso a su extrema derecha, sino reducir a la mínima expresión las pocas políticas progresistas en las que Unidas Podemos ha tenido, como socio en el gobierno, un importante papel. Obviamente, a esta formación política se la trata en los informativos de modo habitualmente “incisivo y agresivo”, según esas misma fuentes de RTVE.


Todo esto, posiblemente, haya sido determinante para que Esteve Crespo dimitiera, abochornado acaso de la cara y contenido que vienen dando, sobre todo, los telediarios de La Uno desde hace demasiados meses, con los índices de audiencia en descenso permanente, sin que los informativos de los canales privados sean precisamente encomiables. 


A quienes recordamos mejor épocas de los informativos en la televisión pública, con la presencia en ellos de cualificados presentadoras, nos cuesta comprobar día tras día la degradación que han sufrido en los últimos años y, más que nunca, en esta última etapa, con un gobierno de coalición progresista. No se libran de esa degeneración los programas de debate, donde ante la operación de maquillaje llevada a cabo por el PSOE y el Partido Popular para acicalar de transparencia las cuentas de la Casa Real, los cuatros tertulianos de uno de esos programas mantienen similares puntos de vista, sin un asomo de crítica a lo que esa superficial reforma de la Corona representa cuando sobre ella pesa el desprestigio protagonizado por el rey emérito.


Como ocurriera en los tiempos en activo de este, nadie en un debate emitido por TVE puede hacer una crítica en el sentido que subraya hoy un editorial: "En vez de debatir en el Parlamento una ley orgánica que modernizara la institución y la adaptara a estándares realmente democráticos, la Corona ha optado por pastelear una reforma de mínimos",  con el concurso exclusivo de los dos partidos turnistas. Puede que se pretenda así un retorno al bipartidismo de los partidos turnistas en el se dieron sus corrupciones y gestó su "ejemplar trayectoria" el inviolable rey padre.


Léase@también a Ana Pardo de Vera: La monarquía y el síndrome del edificio enfermo. Público.es


     DdA, XVIII/5152     

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