Leticia Gondi
Indecente
es mover en los medios una guerra y su merchandising como si de un partido de
la Super Bowl se tratara, enalteciendo como a una superestrella a quien pedirle
un autógrafo, con quien hacerse un selfie, al capitán del equipo favorito.
Indecente
[por no decir ridículo], es que este se venga arriba, presentándose y
prestándose genuflexo ante el circo occidental [para quien no deja de ser el
último títere y divertimento] a todo tipo de apariciones televisivas, tal como si el contexto no fuese la guerra sino el set de rodaje de una docuserie.
Indecente
es que con una mano financiemos, insuflándole 700 millones de euros CADA DÍA al
púgil pesado, para que pueda continuar machacando al peso mosca, mientras con
la otra, armamos hasta los dientes a los niños para que asesinen a otros niños,
dándonos golpes en el pecho como si no hubiese alternativa, secándonos las
lágrimas.
Indecente
es sacarle rédito a las imágenes más feroces del conflicto, tratando de
convencernos de que en la guerra existe algún tipo de honor, de ética, de juego
limpio que esta vez se habría quebrantado. Como si esta guerra, y sus cadáveres
maniatados, y sus torturas, y sus mujeres violadas, y sus ancianos devastados
tras haberlo perdido TODO, no fuesen los mismos de TODAS las guerras. Como si,
¡uy!, si llego a saber esto…
Indecente
es que traten de vendernos la guerra como si de una producción audiovisual se
tratara; indecente es que nosotros lo compremos.
Indecente
es que por tener un mínimo de decencia te llamen indecente.
No a la
guerra, no a las armas, ¡dejad de hacer negocios con Rusia e inflar sus arcas,
dejad de tenderles a sus oligarcas alfombras doradas, panda de hipócritas!
Arreglad esto de una puñetera vez en vuestros despachos, a la manera en que
arregláis habitualmente vuestros chanchullos multimillonarios, y dejad a esos
pobres JÓVENES pobres (sic) en PAZ.
¿Soy la
única que no da crédito a lo que está sucediendo?
DdA, XVIII/5131
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