domingo, 17 de abril de 2022

PÉRGAMOS CONTRA LA INCULTURA*

 


Félix Población

Durante mis muchos años de estancia en Madrid fui visitante asiduo de las viejas librerías. También fui testigo de la desaparición de muchas de ellas, con ese sentimiento de melancolía que todos los lectores profesionales -entiéndase  esto en el sentido etimológico del verbo profesar- sentimos cada vez que se cierra uno de estos establecimientos.

Siempre entendí el cierre de las viejas librerías como una pérdida del patrimonio cultural. Por eso, cuando leí que ese destino le había llegado también a la más antigua actualmente de las librerías madrileñas, ubicada en el barrio de Salamanca, lo lamenté mucho. Igual me ocurrió cuando hace tres años cerró la librería de Nicolás Moya, en la céntrica calle Carretas, que se mantenía abierta desde 1862.

La librería Pérgamo data de 1945 y fue una empresa del catedrático de Derecho represaliado por la dictadura franquista Raúl Serrano Vázquez, fundador de las Juventudes Comunistas de Aragón, que recurrió a la venta de libros como alternativa a la cátedra que le impidieron ejercer. Gracias a la ayuda económica  de un matrimonio amigo y a su trabajo y el de su compañera pasando a máquina tesis doctorales, la librería pudo ser realidad hasta hace unos meses en que las hijas de Raúl no pudieron mantenerla abierta y anunciaron su cierre.

Jorge F. Hernández será el nuevo librero, gracias a un alquiler por debajo del precio de mercado. Acaba de anunciar la próxima reinauguración de Pérgamo, algo insólito en ese gremio, que esperamos pueda afrontar estos nuevos tiempos con la solvencia suficiente como para que el historial de la librería se prolongue en el tiempo. Un doble cierre después de las expectativas que ha levantado su reinauguración sería motivo para una mayor melancolía.

Detrás de un nombre como Pérgamo está la cultura transmitida durante siglos en papel, esa que ha configurado y configura nuestro pensamiento humanístico, cada vez más necesario en tiempos en que un afamado streamer apelado El Xocas, con millones de seguidores al tanto de sus prédicas, es capaz de difundir y elogiar el “trucazo” de sus “colegas” para ligar “llevándose a pibas que estaban colocadas”.

Es muy probable que lo que eso significa, en pro de comportamientos delictivos condenados por el Código Penal, dé a El Xocas unos cuantos cientos de miles de seguidores más, en lugar del correspondiente varapalo por parte de una sociedad cultivada en las páginas impresas y reflexivas de los libros, esa valiosas herramientas para las cuales es imprescindible el silencio y la detenida concentración, frente a los estragos de la superficialidad, la prisa y el ruido a los que estamos sometidos y donde es más proclive la crianza de especímenes como El Xocas.

*La última hora  DdA, XVIII/5140

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