sábado, 16 de abril de 2022

EL TRIUNFO DE LA CULTURA EN UNA CHARLA DE CARLOS TAIBO

Aparte de recomendar una vez más el libro del profesor Carlos Taibo Rusia frente a Ucrania. Imperios, pueblos, energía, que ya va por la quinta edición en Los Libros de la Catarata, este Lazarillo no se resiste a participar a los lectores de este DdA el comentario que su autor hizo con motivo de una de sus charlas en la localidad madrileña de Getafe, en donde un asistente subsanó el olvido de las notas del conferenciante gracias al seguimiento que este hizo de una intervención radiofónica de Taibo en el programa La Linterna de Diógenes. La cultura es una transmisión feraz de conocimiento. Es lógico que a Carlos, como profesor y difusor del conocimiento, le haya parecido un momento muy hermoso:


Carlos Taibo

Hace un par de semanas, en Getafe, me pasó algo singular. Siempre que voy a dar una charla procuro llevar conmigo los apuntes correspondientes. No vaya a ser que me falle la memoria. Pero ese día me confundí a la hora de introducir en el bolsillo las anotaciones sobre Ucrania que empleo desde un tiempo atrás. Aunque no otorgué mayor relieve a la cuestión, lo cierto es que en un momento determinado, al enumerar las posibles explicaciones de la intervención rusa en tan atribulado país, se me hizo evidente que estaba olvidando una que tenía particular importancia. Y, pese a que podía haberlo ocultado, preferí confesar en público que se me había ido el santo al cielo. Unos segundos después uno de los asistentes, de proverbial memoria, adujo que unos días antes había escuchado mis reflexiones en un programa de radio, La Linterna de Diógenes, y mencionó cumplidamente cuál era la tesis que yo había dejado en el olvido. Me sacó, claro, del apuro.
Muchos años atrás acudí, en Madrid, a un recital de João Gilberto, el músico brasileño. Al encarar una muy conocida canción, "Chega de saudade", al bueno de João se le fue la voz, que no la memoria. Nada pasó: muchas de las personas que allí estábamos seguimos cantando las estrofas y liberamos al músico de una zozobra que no merecía. Fue un momento hermoso como, para mí, lo fue el de Getafe. Aunque, francamente, hubiera preferido llevar en orden mis apuntes. Porque la memoria, la voz y, a menudo, todo lo demás suelen fallar. Para eso están.

DdA, XVIII/5139

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