jueves, 7 de abril de 2022

PEDRO SÁNCHEZ EN RABAT POR RAMADÁN


Paco Faraldo

En la medina de Tetuán, hace una pila de años, aproveché una visita a Marruecos para comprarme una chaqueta de cuero, uno de los regalos que reglamentariamente había que traerse de un viaje a ese país. Entre centenares de alfombras, bandejas y cazuelas para el tayín divisé al propietario del bazar, que me condujo a las profundidades del local donde se encontraban los artículos de piel. Una vez elegido el modelo, me dispuse a entrar en la fase delicada del regateo para la cual venía ya entrenado por amigos españoles expertos en ese arte.

- Ofrece siempre la tercera parte de lo que pidan. Después es cuestión de paciencia para llegar al precio que te convenga.

Seguí las instrucciones pero, ante mi sorpresa, cuando hice la primera oferta el hombre me miró durante unos segundos como sopesando qué responder y a continuación recogió la chaqueta devolviéndola al colgador.

-Me va a perdonar, pero llevamos 29 días del Ramadán y estoy agotado y sin energía para nada. Si viene usted mañana, que es el Id-Ul-Fitr, le invito a un té, hablamos de la chaqueta y le hago un buen precio.

Así me enteré de que el Id-Ul-Fitr señala el fin del ayuno y que muchos marroquíes soportan mal y se les altera el humor cuando cumplen las abstinencias que su religión les impone. Volví al bazar al otro día y encontré al propietario lozano y sonriente, bebimos el té e hicimos el trato de la chaqueta por un precio satisfactorio para ambos.

Esta noche en Rabat, Pedro Sánchez tendrá menos dificultades. El precio de la compraventa de los parias de la hammada ya está convenido bajo los auspicios del amigo americano y solo cabe celebrarlo en buena armonía.

     DdA, XVIII/5132     

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