Vicente Bernaldo de Quirós
Es de tal magnitud la manipulación informativa sobre el conflicto de Ucrania y una ataque tan descerebrado al sentido común y al rigor periodístico que me estoy volviendo prorruso a marchas forzadas, a pesar de la deriva de la que fuera la principal república de la antigua URSS, en la que el capitalismo puro y duro tiene gran predicamento.
Pero la mentira es la mentira, la diga Joe Biden o su guardaespaldas y la censura de prensa a la versión de Moscú a través de Russia Today apelando a que es propaganda del Kremlin (como si Fox News o la CNN no fuera un instrumento publicitario de los Estados Unidos), una prostitución de los valores occidentales sobre la libertad de expresión.
Estoy a punto de considerar a Vladimir Putin un tipo muy guapo, y hasta supersexy, si los altavoces mediáticos de Ucrania se empeñan no solo en tergiversar la historia,, sino también en hacernos creer que la resistencia de Kiev es un movimiento de liberación democrático.
No he visto todavía en la prensa española, ni siquiera en la francesa mucho más plural, un análisis mínimamente fiable de lo que significa esta guerra en la que la verdad es una de las principales víctimas y si bien hay que deplorar los bombardeos sobre la sociedad civil, los ciudadanos que somos bombardeados por los intereses de Estados Unidos también merecemos un mínimo de respeto y consideración.
Me repele la frivolidad con la que el presidente de Estados Unidos llama a Putin criminal de guerra, cuando dos de sus antecesores, George Bush y Barack Obama bombardearon sin el beneplácito de la ONU, Irak, Siria o Libia, solo por defender los intereses geoestratégicos de Israel. No seré yo quien niegue responsabilidades penales al presidente ruso, pero tampoco se las negaré a las milicias golpistas del Maidan ucraniano y, por supuesto a los integrantes del trío de las Azores, al ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu que tiene en sus manos sangre de niños palestinos ni al rey de Marruecos que es culpable de la sangría de centenares de saharauies.
Ah, y a los periódicos españoles una recomendación: Den alguna vez como contrapunto la versión rusa, porque en eso consiste la veracidad informativa y el contraste de opiniones. De la mucha información, nace la buena opinión. Lo demás es puto fake news.
DdA, XVIII/5131
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