lunes, 21 de marzo de 2022

SÁHARA LIBRE: MOTIVOS SUFICIENTES PARA AVERGONZARNOS Y REACCIONAR

Paco Faraldo

En nuestras confrontaciones con Marruecos desde Abd-El-Krim hasta hoy no hemos conseguido sacar el rabo de entre las piernas. A las derrotas en el campo militar hay que añadir las de los despachos y también las sufridas bajo la presión del chantaje, que es la aceptada ahora por el presidente del gobierno de España en la cuestión del Sahara. Lo más indigno es el relato que sigue a la decisión: la nueva humillación se debe, no al servilismo ante Marruecos, sino al propósito de "proteger mejor a los españoles", según afirmación literal del jesuítico ministro de Exteriores. Resuélvanos el enigma: ¿quién amenaza a los españoles? ¿Los saharauis que viven en los territorios ocupados y a los que se intenta borrar del mapa con esta decisión? Es evidente que no. Entonces reconozca lo que todos sabemos: la única amenaza posible viene de un Marruecos crecido que mantiene a su población en la pobreza y nos tiene sujetos al chantaje de no asumir cualquier responsabilidad en la resolución del problema de la emigración a Europa. En España viven 900000 marroquís. Solo una ínfima parte ha venido para hacer turismo, el resto lo ha hecho para encontrar un sustento. Las mafias que los han transportado, a ellos y a decenas de miles de subsaharianos, son marroquíes y gozan de tolerancia. Ahora, Sánchez cambia de política sin pestañear, contradice el programa de su propio partido y con su decisión bendice la ocupación militar de un territorio del cual España sigue siendo potencia administradora «de iure», según la ONU.. Ni siquiera sabemos si lo ha comunicado a Argelia, nuestro principal abastecedor de gas y aliado del Frente Polisario.

Fuera de esta maloliente maniobra quedan los cientos de miles de saharahuis, abandonados a su suerte en la hammada que les han cedido los argelinos. Allí, en Argelia y en Cuba se han educado los jóvenes que ya han dado pruebas de que no se van a rendir sin luchar por sus derechos y por su identidad. No va a haber estabilidad, sino todo lo contrario. Estos días, los ministros españoles evitan mencionar a ese pueblo al que ahora han traicionado poniéndose a las órdenes del sátrapa marroquí. Los saharauis, para estos políticos que han perdido cualquier referencia ética, ya no existen. Los españoles decentes tenemos motivos suficientes para avergonzarnos y reaccionar.

DdA, XVIII/5115

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