martes, 15 de marzo de 2022

PIERDE UN OJO EL ÁGUILA IMPERIAL HERIDA POR UN DISPARO EN EXTREMADURA


Félix Población

Hace cosa de un mes publicaba eldiario.es una noticia en la que se daba cuenta del trabajo que estaban realizando diferentes profesionales veterinarios, en el Hospital de Fauna Salvaje de Villafranca de los Barros (Badajoz), para tratar de que un ejemplar de águila imperial ibérica no perdiese un ojo. Este ejemplar había sido víctima de un disparo de escopeta, perpetrado por un criminal de la caza, que le había ocasionado además una fractura en una de las alas. La diligencia de los agentes de Medio Natural de la Junta de Extremadura fue decisiva para que el ejemplar herido no quedara abandonado a su suerte y fuera trasladarlo a las dependencias de Amus (Acción por el Mundo Salvaje). 

El águila imperial ibérica vive exclusivamente en esta península, por lo que todos los que la habitamos deberíamos sentirnos unos privilegiados por poder admirarla. Desde los años setenta, en que estaba en peligro de extinción con apenas un centenar de ejemplares, experimentó una lenta y costosa recuperación gracias a la reducción de dos de los grandes grandes riesgos para su vida: el veneno y los tendidos eléctricos. De las más de 300 parejas censadas actualmente en nuestro país, medio centenar vuelan sobre las tierras extremeñas, por las sierras de Monfragüe, San Pedro, Hornachos y Azuaga.

Es en esa esa comunidad donde AMUS, una ONG fundada en 1995, está realizando una encomiable labor que permitirá en breve que el ejemplar vuelva quizá a volar en libertad, según me han comunicado. Para ello tendrá que aprender a desenvolverse con un solo ojo, dada la imposibilidad de salvar el ojo herido, algo a lo que se adaptaron otras aves liberadas con esa misma lesión. El proceso para que llegue a volar otra vez es largo: "De momento -nos dice Sonia desde AMUS- estamos valorando si puede volar bien, ya que tenía una fractura en una de sus alas. Si todo va bien, luego empezará a cazar y, si puede hacerlo, se valorará el liberarla. Aún queda trabajo por delante y hay que ir poco a poco". 

El alcance de la mirada de un águila imperial es de cuatro a ocho veces superior al del ser humano. Confiemos, gracias a la magnífica labor llevada a cabo por la citada asociación, que el ejemplar herido por un criminal de la caza que puso sus malditos ojos en su vuelo para acabar con su vida, pueda volver a surcar el aire y atisbar desde lo más alto las sierras extremeñas. Por desgracia, quien pretendió asesinarla seguirá en esas tierras portando una escopeta y el riesgo de dispararla contra uno los seres más extraordinarios que surcan los cielos ibéricos. Larga vida a esas aves que nos hacen levantar muy alto los ojos para admirar los surcos de su vuelo. Ojalá  tenga también esa misma vida en libertad nuestro águila tuerta de Extremadura.

Léase@también: La montaña asturiana está perdiendo sus aves. (La Voz de Asturias)

     DdA, XVIII/5110     

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