miércoles, 9 de marzo de 2022

PERIODISTAS DE BAJOS FONDOS

Jaime Richart
Fuera de España carezco de criterio. Tendría que hacer una investigación que no viene al caso. Pero en España, en esa España históricamente insoportable desde distintos ángulos, distingo claramente tres clases de periodistas que, en situaciones extremas especialmente pero también pasando por alto las circunstancias, se diferencian entre sí de una manera brutal.

Por un lado hay una minoría, apenas media docena, que son Rubén Gispert, Cintora, Maestre y Ana Pardo (aparte los que pueda haber que desconozco, en otras Autonomías y especialmente Cataluña, Euskadi, Galicia y Asturias). Periodistas estos que van a por todas. Es decir, que han sacrificado muchas cosas de su vida profesional, privada y corriente, para ajustarse a los patrones o cánones deontológicos del periodismo, su profesión, y del artículo 11 de la European Union Agency for Fundamental Rights aplicable en toda su extensión en una situación gravísima de inestabilidad política y armamentística como la que se está viviendo en el corazón de Europa.
Luego hay otros periodistas asimismo íntegros por su ejecutoria a lo largo de los años de este nuevo régimen político español que, bien sea por su edad o por una neutralidad que en estos casos está fuera de lugar desde el punto de vista de este escrito, no se pronuncian o lo hacen, como es habitual en muchas personas inteligentes, de una manera tibia cuidando mucho el corporativismo y sin arrojar sombras de sospecha sobre la inmensa mayoría de sus colegas españoles. Es decir, son esos que practican un buen periodismo de salón: con la punta del florete embolada. Yo diría que el prototipo es Iñaki Gabilondo.
Y los de la tercera clase son todos los demás de relumbrón en periódicos, radios y televisiones. Una casta más o menos despreciable que sigue mandatos y consignas en parte salidos de oscuros centros de poder, o no tan oscuros, y en parte salidos de su ralea miserable como periodistas y como personas. El caso por antonomasia de esta clase es Susana Griso. Gentecilla que convierte en enemigos a quienes son sencillamente competidores comerciales en un teórico pero en la práctica férreamente falso mercado libre. Estos son los y las periodistas que podríamos llamar del régimen…

DdA, XVIII/5104

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