Félix Población
Podrá decirse que lo que sigue no es bable o asturiano, como le comentaron en su día los expertos al autor, pero para mí es un texto que me llega y conmueve a bote pronto, con palabras sencillas, cuyo sonido se me adentra por razones de crianza y escucha. Álvaro Noguera, su autor, excelente dibujante y viñetista, colaborador de Diario16 y de este modesto DdA, prefiere llamarlo asturiano-leonés, algo en lo que coincido y creo que se ciñe a la geografía. Los versos se basan en el cariñoso acogimiento que prestó un abuelo a su nieta, en una aldea del arriscado y bellísimo concejo de Caso (Asturias), no siendo de suyo una persona que se caracterizara por su afabilidad. La pequeña nació hace muchos años, siendo su madre muy joven y sin que estuviera casada en ese momento, por lo que el comportamiento del abuelo no era el habitual en esas circunstancias. Me dice Álvaro que incluso elaboró una música para esta añada (nana) que cantaba mientras conducía, sin que tenga conocimientos de música, algo que comprendo pues los versos se prestan a ello y algunos padres tenemos cierta experiencia en ese menester. En la imagen superior se puede ver a otro buen abuelo, Fernando, con su nieta Aixa, hija de Álvaro, cuyo grato y borroso recuerdo prendió también en la memoria sentimental de la niña. Los versos de Álvaro contribuyen a sembrar también esa memoria, de la que cada vez estamos más necesitados porque el mundo camina en dirección contraria, genuflexos como andamos ante la malandanza del dinero y las urgencias por ganarlo y consumirlo. Mercadeamos más que vivimos y así nos va, cada vez más huérfanos de sensibilidad para advertir el poder de los resortes del sentimiento. Pararse en si esta tierna añada es o no asturiano o bable, o incluso despreciarla por no serlo, no me parece lo más instintivo emocionalmente. En este caso, lo que corresponde es intentar cantarla según la partitura adjunta. Y quien no sepa hacerlo con la soltura requerida, que busque cantador o cantadora, que para eso están los versos crecidos desde dentro: para tomar aire, hacerse música y ser escuchados.
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