viernes, 11 de marzo de 2022

11 M: NO TOCABA ACORDARSE DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO MACHISTA


Leticia Gondi

Disfrutando de la maravillosa Sinfonía n.º 9 en re menor, op. 125, de Beethoven, declarada en 1985 [arreglo de von Karajan], himno de la Unión Europea y desde 2001, por la UNESCO, herencia espiritual de la humanidad, reverbera en mi cabeza el discurso de apertura del acto, a cargo de Tomás Caballero Martínez, hijo del sindicalista Tomás Caballero, asesinado por ETA en 1998, y actual presidente de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo, de la 20 conmemoración del día de las víctimas del terrorismo que cada año se celebra el 11 de marzo.

Cuando tuvo a bien este, recordar a las víctimas de la invasión, o ataque [no recuerdo el término elegido], de Rusia a Ucrania, recibiendo, como no podía ser de otro modo, la gran ovación del público asistente en el Auditorio Nacional, para acto seguido pasar a hablar de lo que tocaba dado el contexto; el gran dolor provocado por el terrorismo en nuestro país a lo largo de la historia; el acumulado de víctimas; el agradecimiento al apoyo institucional prestado por las autoridades en general y la Casa Real en particular; la celebración del XX aniversario del concierto anual In Memoriam; y la apelación a que desde los centros educativos estatales, se aborde e imparta materia en terrorismo, concienciación y memoria sobre los caídos. Entre otras cuestiones protocolarias.

Y digo yo que, no hubiese pasado absolutamente nada, haber tenido a bien recordar, aunque fuese de soslayo, a las 1132 mujeres asesinadas desde 2003 por el terrorismo machista [aquí no computan las Laura Luelmo ni las Diana Quer, ojo].

Porque es de justicia arropar a las víctimas del terrorismo, este mecanismo, nos hace excelentes como sociedad; todo esfuerzo para mejorar sus vidas, reparar y resarcir el daño recibido, es poco.

No seré pues yo, quien deje caer sobre el mismo la sospecha de que pueda tratarse todo este "circo" de un "chiringuito" para mantener a "apesebrados" y "chupopteros" que se aprovechan de las verdaderas víctimas a través de las "ayuditas" recibidas de un Estado "buenista" cómplice del desatino y mucho menos negaré la existencia de este tipo de violencia, invisibilizando a estas víctimas y a la lacra en sí misma. Dichos términos ni siquiera están en mi vocabulario.

Pero conviene recordar que desde 2009, en este país, se han anotado 9 asesinatos de ciudadanos españoles víctimas del terrorismo, todos ellos, cabe resaltar, fuera de nuestras fronteras. Es decir, en los últimos 9 años no se ha producido ni un solo atentado terrorista en España. 9 compatriotas asesinados vilmente por el fanatismo religioso [7 de ellos en Afganistán], en los últimos 9 años, son muchos asesinatos, no cabe duda.

Pero es que ya llevamos 9 compatriotas españolas asesinadas en lo que va de 2022, vuelve a leerlo, 2022, y estamos en marzo. 2021 se cerró con 43 asesinadas y 30 hijos e hijas sin madre. 43 mujeres víctimas del terrorismo machista, en su mayoría asesinadas EN SUS PROPIAS CASAS [el refugio universal de cualquier ser humano], en presencia de sus hijas e hijos.

Y don Tomas Caballero, sabiendo todo esto, conocedor del DESCRÉDITO que una parte de la sociedad tiene para con estas otras víctimas, para con los articulados que tratan de protegerlas, y para con el propio movimiento que las sostiene, con la reciente entrada por primera vez en un gobierno, chantaje mediante, de una formación ultraderechista, exigiendo, a fin de prestar tal apoyo, DEROGAR la Ley Integral de la Violencia de Género, y la Ley de la Memoria Histórica, y a un par de días del día más reivindicativo del año, para la lucha por la igualdad y el fin de todas las violencias contra las mujeres, no tuvo a bien una minúscula mención…Pues aquí estoy yo para mencionarlas. El terrorismo machista, a diferencia del terrorismo etarra, yihadista, ultraderechista, no da tregua y opera en todo el planeta.

Por cierto, aún estáis a tiempo de escuchar en La 2, interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE, ese mítico cuarto movimiento [oda a la alegría], capaz de emocionar al más impasible de los corazones.

Efectivamente no tocaba acordarse de las víctimas del terrorismo machista; tampoco de las víctimas de la guerra.

DdA, XVIII/5106

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