Félix Maraña
En estos días os he recomendado vívamente que leáis a Antonio Machado, a propósito de la publicación de un libro, "Antonio Machado. Del mañana efímero. Escritos políticos para el S. XXI", antología de textos de don Antonio recogidos por Rodolfo Serrano , en una de cuyas páginas podemos leer:
"Miscelánea apócrifa.
Si vis pacem, para bellum, dice un consejo latino algo superfluo, porque el hombre es por naturaleza peleón y para guerrear está siempre "paratus". De todos modos, el latín proverbial sólo conduce, como tantos otros latines, a un callejón de difícil salida: en este caso a la carrera de los armamentos, cuya meta es la guerra.
Más discreto –continúa Machado– sería inducir a los pueblos a preparar la paz, a apercibirse para ella y, antes que nada, a quererla, usando de sentencias menos paradójicas. Por ejemplo: si quieres la paz procura que tus enemigos no quieran la guerra; dicho de otro modo: "procura no tener enemigos", o lo que es igual: procura tratar a tus vecinos con amor y justicia. Bien comprendo que esto nos llevaría, en última instancia, a sacar el Cristo a relucir, lo cual, después de Nietzsche, es cosa de mal gusto, propia de sacristanes y de filisteos, en opinión de muchos sabihondos que no han advertido todavía cómo los filisteos y los sacristanes no suelen sacar el Cristo en función amorosa, sino para bendecir sí los cañones, las bombas incendiarias, y hasta los gases homicidas. Comprendo también que las sentencias más discretas y mejor intencionadas pudieran no llevarnos inevitablemente a la paz. Pero ¿qué sabemos de una sociedad cristiana, con menos latín –el latín es uno de los grandes enemigos del Cristo– y mas sentido común que la nuestra?".
¡Qué bien ponía las comas, los acentos, los puntos y coma, y toda la puntuación, gramatical y moral Antonio Machado! Pensad, amigos, amigas, que Machado escribió esto hace un siglo. Pero seguimos igual, al parecer. Y, para colmo, ya nadie sabe latín.
Propongo hacer una lectura, dos o tres de este texto de Machado y hacer meditación sobre su contenido. Estaba escribiendo para hoy mismo, y para mañana. Porque, como decía, ni está el futuro ni el ayer escrito, pero se repite. Leed ese libro, leed toda la obra de don Antonio Machado.
DdA, XVIII/5094
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