viernes, 25 de febrero de 2022

LO DE UCRANIA EN RNE: ALIMENTANDO SESGOS Y VÍSCERAS


Alejandro Álvarez

En la mañana de ayer RNE ha mantenido un programa informativo largo (y no es extraño dada la situación) sobre la situación en Ucrania. Que lo haya hecho es lógico, que se dé información sobre la situación es necesario. Pero el programa, en los diversos fragmentos que he escuchado, no se ha caracterizado por informar para que la ciudadanía se haga una idea cabal del conflicto sino que ha consistido esencialmente en alimentar de forma poco responsable sesgos peligrosos desde cualquier perspectiva formativa, informativa o pacifista. El programa consistía (al menos en lo que escuché) en fomentar sesgos de endogrupo, en polarizar y en alimentar la visceralidad, con una selección de hechos y enfoques totalmente maniquea, en la que el mal y la culpa se situaban siempre del lado ruso y el bien siempre del lado de los países de la OTAN. A nadie se le ocurrió recordar datos esenciales del origen del conflicto (la permanente extensión de la OTAN, como instrumento de EE.UU., para rodear Rusia; la proliferación de bases estadounidenses en más de 100 países para su control del mundo; su permanente presión para que Europa no compre gas o petróleo a Rusia (pero sí lo haga a países tan poco democráticos como Arabia Saudí y otro países del Golfo Pérsico, o compre el suyo, más caro), y su intento de ahogar a quien no se someta a su voluntad (múltiples casos en los últimos años: Yugoslavia, Irak, Libia). Ese maniqueísmo de que nosotros somos los buenos y todo lo hacemos bien y los otros son los malvados y todo lo hacen mal alimenta irracionalmente ese sesgo de endogrupo, que está directamente relacionado con el nacionalismo excluyente, el racismo y, por consiguiente, con la justificación de la guerra. Putin no merece el apoyo de ningún progresista pero tampoco lo merece la OTAN ni EE.UU. Presentar la actual situación sin informar del origen del mismo, de forma maniquea, es alimentar las vísceras guerreras, es dar pábulo a instintos que terminan justificando luego la barbarie contra el otro. Y ese otro, que ahora es ruso, será mañana africano o hispanoamericano, o cualquiera que no sea el nosotros, un nosotros que será definido en cada momento como convenga a los que tienen los medios para fijar quién es de los nuestros y quién no. Alimentar sesgos de endogrupo o de polarización o de confirmación no es informar, es deformar mentes para que luego sean usadas como les convenga a algunos. Es sembrar para los intolerantes, para los fascistas, no informar para favorecer individuos libres, críticos y amantes de la paz. Es manipular conciencias y alimentar intolerancias y sentimientos guerreros, no desvelar las causas de la guerra. Pena de RNE, pagada con el dinero de todos.

DdA, XVIII/5094

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