Quitar y poner democracias
Félix Maraña
Cuando se invadió por vez primera Irak, se nos dijo que era ir, poner una democracia y vuelta a casa. Como si se tratara de montar una estación de bombeo automático de petróleo.
Cuando se invadió por segunda vez Irak, se nos dijo que era ir, poner una democracia y vuelta a casa. Como si se tratara de montar una estación de bombeo automático de petróleo.
Cuando se invadió por vez primera Afganistán, se nos dijo que era ir, poner una democracia y vuelta a casa. Como si se tratara de montar una estación de bombeo automático de petróleo.
Cuando se invade un país se nos dice que es para hacerles demócratas a todos. En un cuarto de hora. Y la gente se lo cree.
USA, que es el país más invasor, ha recibido dos revolcones, en Vietnam y en Afganistán. Pero en todas partes ha robado todas sus riquezas, ha rociado de sangre el territorio, divido a su población, y ha llenado a su vez de cruces los cementerios.
España ha invadido ahora Arabia Saudí, pero no para imponer una democracia, sino para avalar a una dictadura sanguinaria. La Federación dice que es para democratizar Arabia Saudí. Y la gente se lo cree. Mejor dicho, a la gente le importa una mierda.
Djokovic quiso invadir Australia, pero Australia, que es una democracia, le ha parado el golpe democráticamente. La bola no entró.
El fútbol español, nada menos que la copa oficial, como no tiene campos de fútbol en España, va a dirimir la cancha en una dictadura sanguinaria. Una dictadura que ha comprado a la Federación de Fútbol con dinero. Y los españoles callan. El gobierno de España no existe. Europa, eso que se llama Europa, calla. El jefe del Estado de España es de los que se besan con los reyes genocidas de Arabia Saudí.
Y biba el bino!
A ver si hoy nos ponen el himno de Riego. Y que se suspenda el partido. Sí, que se suspenda.
DdA, XVIII/5067
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