TODO SE "PERSONALIZA" EN UN MUNDO CADA DÍA MÁS IMPERSONAL

PERSONALIZAR

Félix Maraña

Ahora todo se "personaliza": unos zapatos, una camisa, un coche, una moto, una póliza de seguro, una lámpara, una hamburguesa, la ropa interior, la exterior, un collar, una pulsera, todo. Un colegio me envía un anuncio para ofrecerme atención personalizada. Quieren personalizarme un auto. Un restaurante se me ha ofrecido para personalizarme (sic) un menú. En un mundo en que lo humano es cada día menos humano, más impersonal, en que la persona es cada día menos persona, porque hay tantas fuerzas negativas que nos impiden crecer hacia dentro, por dentro, y hacia fuera, el comercio, sí, el comercio, ha hecho que todo se "personalice". No quiero que me "personalicen" las cosas, los productos, sino que lo personal siga siendo personal; lo animal, animal, y las cosas, sigan siendo cosas. Porque "personalizar" a las cosas es despersonalizar a las personas. Porque no queda claro cuánto de cada uno de nosotros se proyectará sobre esa cosa que nos quieren vender, o si se trata, por el contrario, de configurarnos a su modo y manera, para que nos parezcamos a las cosas, es decir: para que nos cosifiquemos aún más. En resumen, que lo que quieren es vender y vendernos.

DdA, XVIII/5075