Valentín Martín
El 20 de noviembre de 1975 un lloroso Arias Navarro pronunció en televisión española aquella frase: "Españoles, Franco ha muerto".
Una vez más mintió.
Franco no ha muerto ni está enterrado en Mingorrubio sino que ejerce de Franco en el Hospital Clínico de Valladolid.
El reciente 31 de diciembre Violeta Cubero dió a luz allí a una niña, hija también de su mujer Silvia Sánchez. Por si existe alguna duda sobre esta expresión, aclaro que las dos mujeres están casadas según la legislación española.
Cuando Violeta y Silvia fueron a inscribir a su hija en el mismo Hospital Clínico de Valladolid, Franco vestido de funcionaria les dijo que no. En el Hospital Clínico de Valladolid sólo se inscriben " a hijos de matrimonios heterosexuales españoles", les dijo la funcionaria Franco.
Tres días después, cuando Violeta estuvo recuperada, acudieron al Registro Civil y su hija fue inscrita de inmediato.
¿El Hospital Clínico de Valladolid incumple la ley, maltrata a dos mujeres, y no pasa nada?
Violeta y Silvia todavía están esperando una disculpa del Hospital Clínico de Valladolid.
Qué menos.
Los reyes magos me han traído ya una mala hostia del copón. Pero bueno, como soy republicano, quizás me la merezca.
Lamento no poder besar a la hija legítima de Violeta y Silvia, el Covid lo prohíbe.
Y juro morir lejos del Hospital Clínico de Valladolid.
DdA, XVIII/5057
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