domingo, 12 de diciembre de 2021

CUANDO UNA PAREJA DE CARBONEROS HIZO SU NIDO CON MATERIAL HUMANO

 


Creo que la admirable fotografía de Josluga (José Luis García García) que sirve de ilustración a estas líneas, en la que se resalta con todo el primor de su certidumbre la belleza del carbonero común (Parus major), bien se merece que este Lazarillo recupere parte de un capítulo del libro que con el título de Crónica de un pájaro publicó en su día Félix Población, y cuya edición -lamentablemente- no fue la más idónea para guardarle un buen recuerdo, antes al contrario. En previsión está una segunda edición ilustrada por Leticia González Díaz que de seguro mejorará sobradamente -gracias a su generosa y cualificada colaboración- la que data de 2001, a pesar de que esta había sido concertada como consecuencia de la concesión de un premio literario otorgado al autor. Al carbonero común se le distingue por su llamativos colores azulados y amarillentos, y la reiteración en sus reclamos cuando llega la calor. Es importante tener en cuenta, a la hora de leer lo que sigue, que este pájaro tolera bien la presencia humana, coloniza con facilidad las zonas ajardinadas y los parques urbanos, y acude sin reparo a los comederos y nidos artificiales, como es el caso. Para quienes no hayan leído el libro es conveniente saber que Chis es el nombre del gorrión molinero que habita y vuela en un piso y es el protagonista de la crónica, y que el pasaje corresponde al noveno capítulo de la misma: "Donde se avista un verano a pájaros, con aniversario en una chimenea, y una muestra increíble de tolerancia a flor de boca, así como las indudables influencias de Wolfgang Amadeus":





     DdA, XVII/5035     

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