martes, 2 de noviembre de 2021

UNA HERMANA MAYOR OPINA SOBRE EL JUEGO DEL CALAMAR EN LOS RECREOS

Lazarillo

No soy, ni mucho menos, un experto en Series, esa modalidad de ver cine en casa en perjuicio del cine de sala de toda la vida, pero me parece que la prodigalidad del producto no es como para enfervorizarse por el consumo del mismo, por más que se nos hable de lo que el personal ve o no ve. Reconozco, en este sentido, que no estoy entre los adeptos y que, hasta la fecha, me he habituado más a descartar títulos que a seguir capítulos. Entre los que me merecieron atención no podía faltar El juego del calamar, cuyo guión argumental -sobradamente conocido por todos- me ha parecido un acierto, si bien creo que la historia se podría haber ofrecido en menos capítulos y que el plantel de actores no pase de mediocre. Es muy preocupante que lo meramente operativo del juego  haya tenido sus efectos en los patios de algunos colegios, sin que nadie -ni padres ni profesores- haya hecho con los escolares una interpretación de lo que el juego significa en el contexto social que se nos muestra. Esperemos que cuando nos venga la segunda parte, como así parece a juzgar por el torpe final de la primera, padres y educadores lo tengan en cuenta:


La nueva serie El juego del calamar ha sido un bombazo en los patios de mi colegio. Como estudiante de último curso, veo como los más pequeños de mi centro usan esta serie como referencia para los juegos del recreo además de que, en todos los juegos, los jugadores que pierden acaban muertos en vez de eliminados como se hacía antes. Tengo 17 años y hace siete, cuando jugaba en el recreo, lo peor que podías hacer era pintar mal la rayuela, mientras que ahora juegan a eliminarse a empujones y haciéndose los muertos. Como hermana mayor, me inquieta la popularización de este tipo de juegos en los recreos, y aún más que todo esto se deba a una amplificación de los juegos por las redes sociales, convertidas en los nuevos padres de las próximas generaciones. Cristina Rodríguez Ayllón


     DdA, XVII/4998     

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