miércoles, 17 de noviembre de 2021

LA ORQUESTA MÁS GRANDE DEL MUNDO TOCA, CANTA Y LUCHA



Félix Población

Quizá si la noticia se hubiera dado en otro país, aun siendo una noticia musical siempre poco destacable en los informativos de los medios de comunicación españoles, no tendría que referirme ahora tanto al hecho en sí que la hace noticiable como a su elusión informativa. Caracas registró este pasado domingo un intento de Récord Guinnes consistente en la realización de un concierto con más de 12000 músicos, gracias al extraordinario Sistema de Orquestas que caracteriza a aquel país y que por iniciativa del recordado maestro Abreu desarrolló una de las experiencia pedagógicas más brillantes e inclusivas que se han dado en nuestro planeta para el cultivo y educación musical desde las primeras edades y entre los sectores más marginales y depauperados de la sociedad. De entre todos los comentarios escritos por los integrantes de la Orquesta más Grande del Mundo con ocasión de esa gran convocatoria en la capital venezolana, me quedo con este de Samuel David Rondón Véliz: 

"Una vez me preguntaron qué significaba El Sistema para mí, lo cierto es que no me tomó mucho responder a esto, no dudé al afirmar que es mi familia. Durante todos estos años he aprendido de la mano de maestros que más allá de lo estrictamente académico, velaron por mí con paternal cariño; compartí experiencias hermosas con muchos jóvenes que hoy son grandes amigos y hermanos míos. Esta ida a Caracas a romper un récord mundial es un recuerdo que siempre atesoraré ¡La oportunidad de poder tocar con mis maestros, mis compañeros de fila y mis estudiantes! ¡La oportunidad de poder hacer historia con jóvenes (y otros no tan jóvenes) provenientes de todos los estados de nuestro país, unidos en esta gran familia que se extiende desde el Catatumbo hasta el Delta del río Orinoco! Hoy me siento orgulloso de formar parte de este sueño, que otrora tuviera el maestro José Antonio Abreu. El sueño de un país en el que la música fuera un elemento transformador de nuestra sociedad, en el que pudiéramos cambiar las armas por instrumentos y salvar a los niños de las garras de la delincuencia. El sueño de una Venezuela esplendorosa con un pueblo orgulloso de sus hijos que, incluso en sus días más oscuros, canta desde todos sus rincones melodías de esperanza. Así que sí, amo a esta familia que la vida me ha regalado. Amo a estas personas que en mí han depositado su confianza y que, junto a mí, son hoy el orgullo de nuestra tierra. ¡Chicos, hoy somos héroes! ¡Un gran abrazo para todo El Sistema! ¡Yo pertenezco a la orquesta más grande del mundo!¡Tocar, cantar y luchar!".

No es lo grande de la orquesta lo que importa, tampoco el récord que se pretende alcanzar. Lo grande es el empeño y la filosofía que representa el Sistema de Orquestas de Venezuela. Démosle música al mundo para que el mundo que habitamos suene y vaya a mejor. Eso fue lo que se propuso el inolvidable maestro Abreu, al que tuve el gusto de conocer hace años con motivo de una de las giras por España de la magnífica Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.

DdA, XVII/5012

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