viernes, 12 de noviembre de 2021

EMILIA NO SE TIRÓ POR LA VENTANA, UNAS MANOS COBARDES LA EMPUJARON


Ana Cuevas

Parecen increíbles los tabúes que envuelven a la muerte si tenemos en cuenta que empezamos a morir desde el preciso instante de nuestra concepción. Morir es el resultado ineludible, al menos hasta ahora, de haber vivido. Lo que interesa realmente es lo que nos sucede por en medio.

Y ya puestos, que cuando la "Parca" enarbole su guadaña, tenga buen tino y nos arranque el último halo de un certero tajo a la primera. Ya me entienden, sin demasiada casquería ni agonías gratuitas.
Al final de todas nuestras ambiciones, sueños, errores o pasiones nos espera ella, entregada y leal. Una larga noche que nos devuelve a la nada de la que brotamos. Algunos piensan que trascendemos a otro plano religioso o metafísico. Un mundo sobrenatural donde somos juzgados o recompensados en función de nuestras andanzas terrenales. He de confesar que a una servidora le da mucha pereza. Prefiero un fundido en negro a perpetuidad. Es mi carácter.  La eternidad no es para mí ( ¿a que parece el título de una película de Paco Martínez Soria?) pero p´a gustos, creencias.
 Los problemas surgen cuando las creencias, la burocracia, la cobardía o la ineptitud empujan a una mujer desesperada a abrazar la muerte haciendo el salto del ángel desde su ventana.
Emilia tenía 83 años pero su mente estaba lúcida. Quería escapar de ese viviente ataúd que era su atormentado cuerpo en el que permanecía encerrada. Pero pese a su argumentada determinación, vía documento de voluntades anticipadas y petición expresa de ser objeto de eutanasia a su médica de cabecera, no se cursó su solicitud, seguramente por los escrúpulos o la cobardía de a quien o quienes correspondía hacerlo.
Seguro que habrán oído aquello de que "quien bien te quiere te hará llorar". Pues la versión más heavy podría ser : "Quien bien te quiere te obligará a vivir...en el infierno".
La eutanasia no va en detrimento de los cuidados paliativos. Ambos son imprescindibles para que los seres humanos podamos elegir nuestro particular mutis por el foro sin vernos obligados a pasar dolorosas agonías o situaciones vitales insoportables. No obliga a nadie. Es una opción.
El último ejercicio de libertad para muchas personas. Si una persona tiene la determinación de hacerlo, lo hará. No tengan duda. La diferencia estriba en hacerlo en un ambiente cálido y humano, atendido por profesionales y con los fármacos adecuados, o buscarse la muerte por cuenta propia de la manera más a mano que se encuentre.
Yo no quiero que me mientan,esos que dicen defender la vida, como si la muerte fuera derrotable. Se que voy a morir, ya le he dado la vuelta al jamón y el tiempo vuela. Solo pido que no me quieran tanto como para que, llegado el momento justo, el que yo decida, pretendan mantenerme presa en una cáscara a la que no le queda vida.
Emilia no tuvo la muerte que se merecía, rodeada de sus seres queridos y en un entorno plácido. Alguien decidió por ella. No pudo ejercer su legítimo derecho a irse dignamente. No le dejaron alternativa. En realidad Emilia no se tiró por la ventana. Unas manos cobardes la empujaron. Para mí, no es un suicidio. 
Pues eso, quien bien te quiere (o eso dicen para justificarse)... puede acabar defenestrándote.

      DdA, XVII/5008     

No hay comentarios:

Publicar un comentario