viernes, 15 de octubre de 2021

DE UNA PROVECHOSA LECTURA DE "EL PAÍS" EN PAPEL Y EL PRECIO DEL ALMA DE UN NIÑO VIOLADO


Félíx Población

No sabría decir el número de años que estuve sin comprar un ejemplar del diario El País, pero sí que son muchos. Tantos como para hacer  de su adquisición, ayer mismo, una circunstancia singular. Quizá al adquirirlo me limité a dejarme influir por la insistencia con la que este periódico me manda al correo electrónico anuncios repetidos para que me suscriba con una tarifa muy rebajada. Lo cierto es que ayer compré en el quiosco del pueblo en el que resido desde hace muchos años el número 16.158 del diario que no dejé de leer durante los años de la Transición y siguientes, hasta que me harté por la orientación de sus informaciones y artículos sobre América Latina, sobre todo. Dicho esto, debo añadir que le dediqué a la lectura de ese ejemplar más de dos horas, lo que da idea del interés con el que me tomé su contenido. Dediqué especial atención a las páginas de Cultura y Sociedad, deploré que la última del periódico se dedicara a una figura tan anodina y frívola como la de Tamara Falcó, y me parecieron muy interesantes las cuatro páginas de Opinión, en las que encontré artículo más breves de los que se leían en El País de mi época, sin que ello les restase enjundia. Deploré, eso sí, que la sección dedicada a los lectores ocupara menos espacio que antes, habiendo sido esta una de las que frecuentaba con más asiduidad. Tres cartas a la directora (desde hace poco Pepa Bueno), las tres sumamente breves, son muy poca dedicación en un periódico que cuenta con tantísimos lectores cualificados para exponer criterios muy estimables. Es el caso de Alfonso Caparrós Valderrama, residente en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria, que corrige la información publicada el pasado 11 de octubre en ese diario respecto al titular de la noticia: “Mi violación vale solo 7.500 euros”. Caparrós, que actualmente tiene 76 años y sufrió abusos sexuales en los años cincuenta en el colegio religioso de San Estanislao de Kostka de Málaga, aclara que no se trató de una sola violación sino de muchas más: “En la entrevista que yo mantuve con el Provincial de los jesuitas en España -escribe-, este me preguntó qué indemnización creía yo merecer por lo sufrido, y yo le dije que valorara él mismo lo que puede valer el alma de un creyente que al devenir ateo se puede considerar un alma perdida. Ahora sabemos que en eso, en 7.500 euros. Para ser algo que ni siquiera existe (el alma), puede parecer incluso mucho, pero no es el caso ya que ellos hacen del alma el eje de su mensaje y de su salvación (la del alma), la matriz de su negocio”. Recomendaría al diario El País, una vez más y tal como hiciera en mis tiempos de lector cotidiano, ampliar la sección de Cartas a la directora. Por mi parte solo puedo añadir que volveré a frecuentar la lectura del diario en papel, pues me sentí atraído tanto por el contenido como por mi reencuentro con esta lectura.  Es de hacer notar en el periódico una más que llamativa escasez de publicidad, sobre todo en comparación con la que se prodigaba en tiempos pasados.

     DdA, XVII/4982     

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