COMO PODRÍA PASAR AQUÍ, PORTUGAL ADELANTA LAS ELECCIONES

Félix Población

Ojo a Portugal, que no nos sirva ahora de modelo, como lo pudo haber sido en el pasado reciente. Ayer, por falta de acuerdo entre el Partido Socialista en el gobierno y quienes lo han apoyado hasta ahora, el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista, no se han podido aprobar los presupuestos generales. El Partido Socialista gobierna en minoría desde 2019 gracias al respaldo que le prestaron las dos formaciones políticas citadas, que en esta ocasión consideran que los presupuestos no se ajustan a las necesidades del país. Catarina Martins, líder del Bloque Izquierda, recordó el lunes pasado que los nueve puntos planteados por su partido al gobierno fueron rechazados. El Partido de los Verdes también ha acusado al ejecutivo de falta de voluntad al haber aceptado solo una de sus propuestas en esos mismos presupuestos. Sería la primera vez, en la historia democrática del país vecino que la falta de acuerdo para la aprobación de unos presupuestos generales trajera como consecuencia unos comicios generales adelantados, con el evidente riesgo que eso comportaría para los partidos que ejercieron el gobierno y lo respaldaron. Puede que la abstención o el voto de castigo, como suele ocurrir siempre que la izquierda no se pone de acuerdo, diera a la derecha la victoria. Es de esperar que, no siendo exactamente en España la misma circunstancia -pues el gobierno lo forman el Partido Socialista y Unidas Podemos-, el ejecutivo se pueda mantener hasta las próximas elecciones. Todo va a depender de dos leyes que deben derogarse: la de la reforma laboral y la ley mordaza, según se acordó por escrito al principio de la legislatura. Sobre la primera, sin necesidad de referirse a la segunda, me permito adelantar que no va a derogarse tal como Unidas Podemos quisiera y que eso ya va a poner en peligro el mantenimiento del gobierno, sin necesidad de pasar a la segunda derogación. Lo que vaya a ocurrir sucederá el año que viene, antes probablemente de que se cumplan tres desde los comicios que hicieron posible el primer gobierno de coalición desde 1977 y que tanto costó lograr por el empeño que se puso desde el PSOE por no conseguirlo. Tengo para mí que el retorno de Felipe González a los focos en el pasado congreso del partido no es un buen augurio para el porvenir inmediato. De momento, la televisión pública estatal se parece más a la que se daría con un gobierno de gran coalición a lo González que con la coalición actual. TVE en una auténtica vergüenza, en la información y programación, que se difunde cada día por millones de hogares españoles, sin que Unidas Podemos pueda, al parecer, hacer nada por evitarla.

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GERIGONÇA RIP

Paco Faraldo

El resultado de las legistlativas portuguesas supone el fin de la geringonça nombre con que se ha designado el gobierno del PS con apoyo externo de los partidos a su izquierda durante los últimos años. Ha sido un final abrupto que ofrece algunas alertas de los peligros que se ciernen sobre el futuro próximo del gobierno de coalición español. Porque el rechazo del BE, PCP y Verdes a los Presupuestos estaba cantada y constituye la consecuencia lógica de los reiterados incumplimientos del PS a los compromisos adquiridos con los aliados de su flanco izquierdo. Algunos de estos incumplimientos referidos al Código de Trabalho, equivalente de nuestro Estatuto de los Trabajadores son un antecedente claro de lo que está ocurriendo con la disputa mantenida en estos momentos en el seno del gobierno PS-UP en España. Recordemos que en 2019, Costa liberó a la patronal de los compromisos de la negociación de convenios de sector y aumentó a seis meses el tiempo de prueba de los trabajadores antes de ser admitidos en una empresa. Más tarde entregó el Servicio Nacional de Salud, una conquista del 25 de Abril, a subcontratas que han resultado ruinosas y han deteriorado enormemente la atención a los pacientes aumentando la temporalidad, al tiempo que despedía a personal sanitario una vez pasados los momentos culminantes de la pandemia. A continuación rechazó todas y cada una de las iniciativas propuestas por los partidos a su izquierda para ser incluidas en los presupuestos ( guarderías gratuítas, mantenimiento del personal educativo de refuerzo contratado durante la pandemia, reducción del IVA de la electricidad, aumento del salario mínimo...).

Ahora, previsiblemente, el inefable presidente Marcelo, convocará elecciones generales y se abrirá un periodo de gobierno “bajo duodécimos”, mecanismo mediante el cual se prolongan los presupuestos anteriores con autorización para gastar en cada mes solo la duodécima parte del montante total. Lo lógico es que Costa, visto el rechazo de la cámara dimitiese, pero ha mostrado con mucha claridad su voluntad de no hacerlo. De momento está en Trujillo, acompañando a Pedro Sánchez en una de esas vacuas exhibiciones de política ficción a las que denominan cumbres ibéricas. Esperemos que el resiliente aprenda algo de su colega caído. Costa y Sánchez están construidos de un material muy parecido y suelen asomar la cabeza del agua cuando ya se les presumía ahogados. No me extrañaría en absoluto que el entierro de la “geringonça” formara parte de una maniobra sabiamente urdida para permitir al todavía primer ministro portugués tomar oxígeno y comenzar a trabajar sin trabas en pos de la ansiada mayoría absoluta en las próximas elecciones. Es muy capaz. Es tan capaz que también puede inclinarse por reeditar coaliciones como el Bloque Central con la oposición conservadora.

          DdA, XVII/4993