Me uno a lo expresado por mi estimado José Ramón Barrueco en el artículo que sigue y publica la web ciudadrodrigo.net, un medio de comunicación consolidado en aquella comarca salmantina y que podría echar el cierre, si es que ningún profesional o grupo de profesionales pone su vocación y empeño en evitarlo. Para una localidad con más de 12.000 habitantes actualmente, la extinción de su único medio de comunicación electrónico sería lamentable también para toda la comunidad arraigada en ese territorio comarcal, frontero con Portugal. Por desgracia, esta noticia se une a la nada estimulante trayectoria demográfica que se registra en la ciudad mirobrigense, que en los últimos siete años ha perdido más de un millar de habitantes. La comarca, con un total de casi 34.000, se resiente aún más con un descenso global de 10.000. Este Lazarillo se pregunta si para esa España que se vacía de modo tan manifiesto como ocurre en este lejano oeste nuestro no se pueden proyectar medidas que traten de evitarlo con la máxima urgencia, entre las que bien podría caber el mantenimiento de medios de comunicación comprometidos como servicio público, como es el caso del que nos ocupa y que durante muchos años llevó adelante Fernando Domínguez. En este sentido es de agradecer la ventana abierta que en todo momento ha mantenido ciudadrogrigo.net con la plataforma StopUranio, mientras que el medio impreso consolidado de la provincia (La Gaceta o Facheta de Salamanca) le ha negado esa posibilidad a lo largo de los ocho años de lucha de esa plataforma contra la explotación de uranio promovida por la multinacional Berkeley Minera en Retortillo.
José Ramón Barrueco
Los medios de comunicación son un instrumento esencial en el desarrollo y consolidación de las sociedades democráticas, siendo su desaparición una pésima noticia para la colectividad. Si finalmente se consuma el cierre de Ciudadrodrigo.net, perderemos una ventana plural y comprometida con causas que no tienen acogida en otros medios, pendientes únicamente de sus fuentes de financiación. Esta reflexión viene a cuento de la lucha que ha mantenido la Plataforma Stop Uranio contra los intereses de una multinacional australiana, Berkeley Minera, que pretende abrir minas de uranio en el oeste de Salamanca.
Ciudadrodrigo.net ha sido el único medio de la provincia
que ha publicado todas las notas de prensa que hemos emitido en estos 8 años
que llevamos constituidos como asociación. El periódico que más se difunde en
papel en nuestra provincia jamás menciona a Stop Uranio, somos invisibles para
ellos. Los otros medios digitales pueden recoger alguna información que afecte
negativamente a Berkeley, pero no siempre lo hacen, y sí publican cualquier
información que les facilite la empresa minera, pues han sido el altavoz de su
amo en todos estos años de conflicto.
En relación a la situación de los proyectos de Berkeley
tenemos que ser optimistas, todo apunta a que la multinacional australiana
tiene los días contados en nuestra provincia. El Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico debe desautorizar la construcción de una planta
de tratamiento de uranio en Retortillo tras el informe negativo del Consejo de
Seguridad Nuclear. Además, la ley de Cambio Climático y Transición Energética
prohíbe expresamente la investigación y explotación de minerales radiactivos,
por lo que no cabe especular con la posibilidad de reabrir la minería de uranio
en la provincia de Salamanca.
En Ciudad Rodrigo y su comarca conocen bien los efectos
negativos que tiene explotar yacimientos de uranio, no podemos olvidar que la
mina de Saelices El Chico ha ocasionado un aumento significativo de casos de
cáncer en la población mirobrigense. Así en el estudio realizado por
investigadores del Instituto de Salud Carlos III (Gonzalo López-Abente, Nuria
Aragonés y Marina Pollán) publicado en julio de 2001 en la revista
Environmental Health Perspectives, sobre la mortalidad por cáncer registrada en
las proximidades de centrales nucleares e instalaciones del ciclo de
combustible nuclear en España se afirma, en relación a la mina de Saelices, que
“el hallazgo más destacable en Ciudad Rodrigo fue el mayor riesgo de muerte por
cáncer de pulmón en poblaciones cercanas (0-15km)”, además de cáncer renal y
leucemias. Enfermedades que no pueden deberse al consumo de tabaco pues “no había
aumento de la mortalidad por cáncer de vejiga” (el tabaquismo produce un
aumento significativo de ambos tipos de tumores).
Además del peligro que entraña para la salud la exposición
al uranio está el destrozo medioambiental que se ocasiona, alterando el fondo
radiactivo de las zonas afectadas por cientos de años. El que quiera comprobar
las consecuencias de explotar minas de uranio puede acercarse a Saelices, allí
podrá ver como la antigua mina y sus instalaciones están valladas y custodiadas
de por vida.
Lo que necesitamos en Salamanca son proyectos más sostenibles, como el Balneario de Retortillo, que estaba irremediablemente condenado al cierre si se hubiese abierto la mina, y que ahora ha vuelto a funcionar tras el parón ocasionado por la COVID19. Ahora que pasamos página de la quimera del uranio tenemos que centrarnos en aprovechar las posibilidades que nos ofrece nuestra tierra, centrándonos en la agricultura y ganadería, que junto con el turismo pueden permitir una vida digna a las personas que decidan quedarse en nuestros pueblos. Lo que es imprescindible es que nuestros dirigentes políticos otorguen de los servicios esenciales a esa población residente y así no ver mermadas las posibilidades de progreso de nuestra tierra.
DdA, XVII/4981
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