sábado, 21 de agosto de 2021

UN GIJONÉS QUE RENIEGA DE LA TAUROMAQUIA


Goti del Sol

Quiero expresar mi opinión sobre este controvertido asunto de los toros en Gijón. Ante todo, decir que fui un entusiasta de la tauromaquia, siguiendo una tradición familiar con mi padre, abonado, y mi tío-abuelo Julio Arqüelles como encargado del tema de taquilla durante décadas, como principales protagonistas. Tuve ocasión de ver en directo a figuras como Antonio Ordoñez, por cierto en una tarde francamente mala, Antonio Bienvenida, Andrés Vázquez, El Viti, Dámaso González, El Cordobés, Palomo Linares, Diego Puerta o Paco Camino. Pero no solo en vivo, también era un habitual de las retransmisiones televisivas, con el maestro Matías Prat en los entrañables comentarios. Hasta en los veranos comía en Casa Mario, en San Bernardo, sede de la Peña Tinín, un diestro con vinculaciones gijonesas. Estas experiencias me llevaron a un cierto conocimiento de todos los entresijos de la lidia, que disfrutaba con gran intensidad.

Sin embargo, las sociedades humanas y los individuos que las conforman están sujetos a cambios y evoluciones que alteran los principios culturales que parecían inmutables. Así ha acontecido desde que los humanos pisamos la faz de la tierra. Yo formo parte de una corriente evolutiva que racionalizó el espectáculo con el que se divertía hasta considerar que el maltrato a un ser vivo nunca debe suponer la consecución de un gozo del espíritu. En estas estoy, soy decidido partidario de que la tauromaquia no forme parte del catálogo de diversiones de los habitantes de estas Españas.

A los quejosos sobre la supuesta pérdida económica que puede suponer esta suspensión, les lanzo una idea: que se proceda al cubrimiento de El Bibio, para garantizar su uso en caso de lluvia y en cualquier época, y que se establezca una programación de eventos culturales a lo largo del año. Con ello, los beneficios económicos que se derivarían, sin duda que iban a superar con mucho los obtenidos durante cinco días veraniegos de sangre y arena.

DdA, XVII/4928

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