Lazarillo
Mucho me temo, querido Félix, que las cosas por Oviedo siguen tal cual estaban con respecto al callejero más ominoso de la inmadura democracia española, según queda demostrado en la ilustración que aportas en tu comentario. Y si es así y sigue así, como siguen persistiendo los atentados de la extrema derecha renaciente contra todo aquello que homenajea o hace memoria de quienes lucharon contra la dictadura, es por lo que no pocos sabemos y demasiada ciudadanía de este país ignora por su precaria formación cívica y democrática a lo largo de más de cuatro décadas, cuatro. Hacer a Oviedo capital de la poesía suena a chufla, cuando no a cinismo de muy viejo y retorcido cuño, cuando se observan los nombres sustituidos -entre ellos el del poeta asesinado por los militares felones, Federico García Lorca- y los que han vuelto a ser impuestos con el retorno de la derecha extrema al ayuntamiento de aquella ciudad, como si el franquismo hubiese prolongado su vigencia en el callejero ovetense. Dice mi colega Maraña:
La ciudad de Oviedo, que aspiraba el pasado año y no sé si sigue aspirando a ser capital mundial de la poesía, también hace un año tuvo que cambiar, por decisión judicial, los nombres que aparecen en la columna de la izquierda, por los nombres de la columna de la derecha, que eran los que llevaban 80 años. No voy a pararme ahora en que hubo un problema de trámite administrativo, sino a señalar que cómo es posible que en 40 años de democracia esos nombres de los levantiscos de 1936 no fueron quitados del callejero. Y por eso te pido, Txema Arinas , que me informes si el ayuntamiento ha procedido a lavar esa vergüenza o todavía estamos a la espera de poner alguna póliza en el expediente. Te tomas una sidrina y me avisas. Eskerrik asko. [Se recomienda leer en alto los nombres de la izquierda y su correspondiente nombre de la derecha].
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