lunes, 2 de agosto de 2021

HACEN FALTA ATLETAS COMO ANA PELETEIRO


Félix Población

Asistimos estos días a ese absurdo espectáculo sonoro que protagoniza el periodismo radiofónico cuando trata de celebrar los éxitos deportivos de nuestro país. Me refiero a la emoción impostada con la que pretenden fomentar el interés  del oyente a base de gritarle al micrófono como si el cronista estuviera a campo abierto y tuviera necesidad de vocearles a las ovejas. 

En tiempo de olimpiadas, como ahora con las de Tokio, eso lo tenemos a diario cada vez que uno de nuestros atletas o equipos deportivos logra una victoria o una medalla. Ocurrió también cuando Ana Peleteiro ganó la de bronce en triple salto, séptima de las conseguidas hasta ahora para España. La atleta gallega batió con su salto (14,87) el récord de España en su primera participación en unos juegos olímpicos. 

Su éxito es de celebrar, ciertamente, y aquí quiero dejar constancia de ello, no solo por la medalla sino por la personalidad de quien la ha ganado. Esto último lo anoto porque, coincidiendo con el éxito deportivo de Peleteiro, vi el film noruego 22 de julio, escrito, dirigido y producido por Paul Greengrass en 2018, que versa sobre los atroces atentados que se produjeron en aquel país en 2011. La película está basada en el libro One of Us: The Story of a Massacre in Norway — and Its Aftermath, de Åsne Seierstad, y se estrenó el 5 de septiembre de 2018 en la sección de competición principal del 75°  Festival internacional de cine de Venecia

Quien no haya visto el film, debería hacerlo porque se trata de un lúcido e intenso alegato contra los riesgos que para una democracia humanista respetable representa el ideario fascista, por si no tuviéramos bastante con la reciente historia de Europa y, sobre todo, con la de nuestro país. 

Fue Peleteiro la atleta que le dijo al líder de Vox, cuando este anunció su visita a Galicia con motivo de una campaña electoral, que se quedara en casa, que lo único verde que tiene aquella tierra son sus montes. Nos hacen falta deportistas como Ana, que repudien públicamente a partidos racistas y xenófobos,  y nos sobran diputados como Stegeegmann Olmedillas que escribió ayer que Zapata (nacido en la República Dominicana) y Peleteiro (coruñesa) son ejemplo de la emigración que España necesita. Lo que España necesita es lo que en el film de Paul Greengrass se defiende, con mucha más razón que en Noruega.

   DdA, XVII/4908   

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