miércoles, 28 de julio de 2021

EL BLOQUE0 A CUBA Y EL TERRORISMO DE ESTADO

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   No conviene desligar la ofensiva de Washington hacia Cuba, de los últimos días con la espectacular derrota de Estados Unidos en la Asamblea de Naciones Unidas sobre el bloqueo a la isla, donde 184 países reclamaron el fin del boicot al régimen nacido de la toma de la Habana por dos votos en contra, Israel y el propio Estados Unidos, es decir dos países con un acendrado activismo en el terrorismo de Estado.
   Y esta ligazón entre los dos acontecimientos viene a cuento porque el gran varapalo que internacionalmente ha recibido el régimen de las barras y de las estrellas le desautoriza moralmente para exigir democracia en la isla y, sobre todo, para apoyar las movilizaciones contra La Habana.
   Es decir, que si Washington y Tel Aviv (curiosamente en esta ocasión no pudieron contar con el aval de países tan subsidiarios como Brasil, Colombia y Ucrania, que se abstuvieron) son incapaces de escuchar el clamor mundial de naciones contra el bloqueo, no parece muy equilibrado que los mismos que se niegan a escuchar a los ciudadanos, pidan que Cuba vuelva a los tiempos de Batista.
   Y es que Estados Unidos ha sido siempre incapaz de encontrar una salida airosa a Cuba que no sea la derrota humillante de Fidel y los suyos, porque el bloqueo a la isla comenzó desde el minuto uno en que los Barbudos tomaron la capital del país. Ni siquiera fueron  lo suficientemente ágiles como para negociar y salvar parte del negocio mafioso que los esbirros de Batista tenían en Cuba.
   Curiosamente, cuando Fidel entró en La Habana su intención no era hacer un régimen socialista y que derogara las libertades democráticas. Pero si ni siquiera era comunista. Pero es que el ahogo y el bloqueo estadounidense llevaron a Cuba a defenderse de la tiranía de los dueños de casinos y burdeles que mandaban en la isla. Y esa misma torpeza que tuvieron con Cuba, la tendrán con Venezuela y con cualquier otro país que se escape de sus dominios.
   Es verdad que en Cuna existe pobreza y las consecuencias del bloqueo se dejan notar. Pero, contrariamente a otras naciones de su entorno, no existe miseria y los ricos no tienen todo el poder y el dinero, mientras los menos favorecidos se mueren de hambre. En Cuba hay escuela, sanidad y dentistas gratis. Fijémonos en Honduras, Guatemala, El Salvador, República Dominicana o, sobre todo Haití. Tengo una amiga que asegura que si sales deprimido de Cuba por la pobreza existente, lo mejor es visitar a continuación cualquiera de estos países. Mano de santo.
   Por eso resulta estéril y sin sentido el debate sobre si Cuba es o no una dictadura. Cuba es lo que la dejan ser, entre el bloqueo de los poderosos yanquis y la dignidad de quien no pretende ponerse de rodillas y volver a hacer del país el burdel de los ricos mafiosos estadounidenses.
   Sería conveniente para los intereses del propio país de Joe Biden que tuviera en cuenta que el lobby anticastrista de Miami, por muchos dólares que posea, no puede convertirse en el rehén de la democracia estadounidense. La eliminación del bloqueo pudiera se una  oportunidad que ni siquiera los inversores norteamericanos sueñan. Si hasta el presidente Miguel Díaz-Canel dijo recientemente, con motivo de la andanada USA contra su país aquello de primero quiten el bloquero y después hablaremos". Pero los gringos son más estúpidos de lo que parece y siguen con su intención de sitiar a la isla por hambre y miedo.
   Estratégicamente, los estadounidenses cometen una equivocación enorme, que hace que muchos se pregunten si no hay nadie en el Pentágono o en la CIA que no se dé cuenta de la pifia que lleva más de 60 años. Y si en ese tiempo, Cuba sigue en pie, es que algo están haciendo mal los amigos del imperio
    Si creen que por hambre pueden sitiar a Cuba, son aún más tontos de lo que parece. Curiosamente, estos días han aterrizado en La Habana varios aviones rusos con material humanitario, medicinas, comida etc. Me da la sensación de que Putin sabe algo más de estrategias que los halcones de la Casa Blanca.

     DdA, XVII/4904     

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