Félix Población
Lo cuenta como pie de foto muy llamativa Pablo Álvarez Pérez en Amigos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife): “Esta mañana en Asturias, a unos 12 kilómetros, se me posó en la caña, incluso cuando le acercaba la mano se subía a mi dedo, y cuando veía un insecto volaba para comerlo y venía... parece un mosquitero pero donde lo vi me genera dudas”.
A Pablo le contestó mi apreciado amigo Ignacio Vega, que tanto sabe de aves: “Ese pioyín, ese mosquitero, le debe la vida a Pablo Álvarez Pérez. Muchos se ahogan antes de ver tierra. Preciosa foto”.
Lo es, por quien la protagoniza y por sus circunstancias. Por sentirme ornitófilo, le pregunté a Nacho si se trataba de un mosquitero musical, por ser una de las especies de mosquitero que más se escuchan y hacen honor a su nombre. No me supo decir. "Las patas son muy oscuras, apuntó, y eso es un rasgo en contra. Pero sin ver la protección alar, la longitud de las primarias, no me arriesgo a más que a mosquitero".
Mi asesor me aclaró que estos pájaros tienen en sus migraciones, como todos los que hacen grandes distancias, muchas dificultades: vientos contrarios, fuertes chubascos, súbitas bajadas de temperatura, escasez de reservas de grasa al partir y cruzar los mares…Luego Nacho Vega me abrió el fondo de su almario con un recuerdo que enuncia su sensibilidad:
“Hace muchos años -aún usábamos pesetas-, estaba pescando en septiembre, por la noche, en Tazones. Una curruca mosquitera llegó, agotada, a menos de metro y medio de altura sobre la mar. Dentro del puerto no vio una estacha que amarraba una lancha. Chocó contra esa estacha y cayó al agua. Se ahogó a unos diez metros de donde yo estaba. Y a menos de doscientos de tierra, del final de su viaje después de cruzar la mar desde algún país de Europa. La sensación de impotencia fue inmensa”.
Vega nos conmueve y reafirma nuestra admiración, respeto y cariño por esas pequeñas criaturas, capaces con tan pocos gramos de tanto vuelo en pugna con las adversidades. Las que nos llegan lo hacen para criar en el aire vida y canto entre nosotros. Nada menos. Con la falta que nos hace.
DdA, XVII/4878
2 comentarios:
Comparto la impotencia de Ignacio
No se merecen ese final , después de esos viajes
Gracias, Félix. La vida. Te da y te quita. A ese pioyín le dio una segunda oportunidad.
Publicar un comentario