Lazarillo
El 4 del pasado mes de mayo, esto es, hace menos de treinta días,
una de las personalidades políticas más relevantes del pasado medio siglo en
España abandonó su actividad después de un intento desesperado por evitar que
la comunidad de Madrid cayera en manos de un gobierno reaccionario similar al
que se registra en la región de Murcia o en Andalucía. No fracasó entonces
Pablo Iglesias, que incrementó el número de diputados de Unidas Podemos, sino
el Partido Socialista, incapaz de hacer una oposición mínimamente digna por
parte del desparecido Gabilondo frente al gobierno de Díaz Ayuso. Transcurrido
poco más de un mes, hay algunos opinadores, de los que formaron parta del
tribunal inquisitorial que persiguió la trayectoria de Iglesias con todo tipo
de mendacidades, que echan de menos su presencia y se sirven de su silencio y
retiro para pergeñar comentarios como el de un tipo que pone voces de chiste en
la SER a primera hora de la mañana. Cuando los niños están callados en su
cuarto, dice este tipo chacotero, es que algo están tramando,
como si solo cupiera en el político más inteligente y honrado que ha tenido
este país en medio siglo disponer o preparar con astucia o dolo un enredo,
engaño o traición (una de las acepciones de ese verbo según la RAE), si bien es
cierto que cabe otra acepción que no creo haya sido la que le haya querido dar
el locutor zumbón: Disponer con habilidad la ejecución de cualquier cosa
complicada y difícil.
DdA, XVII/4864
No hay comentarios:
Publicar un comentario