Vicente Bernaldo de Quirós
La solución ideada por el Gobierno progresista de coalición para rebajar el precio de la luz es una larga cambiada que no solventa los problemas derivados de una electricidad a precio de oro y solo sirve para desgastar económicamente a las administraciones públicas al rebajar el IVA a las empresas eléctricas, lo que representa que el Estado deja de ingresar una importante cantidad de recursos, lo que no haría picar ni a los trileros habituales de nuestras ferias.
Este servidor estaba en la creencia de que el objetivo fundamental de la rebaja de la luz era conseguir que las economías vulnerables y el conjunto de la población no tuvieran que cortarse las venas para pagar la factura. Pero ingenuo de mí, no sospechaba que quien iban a pagar menos eran las multinacionales eléctricas, que se han visto compensadas con su oligopolio económico gracias a una reducción del 21 al 10 % en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Se calcula, por economistas que han hecho ya las operaciones correspondientes, que, merced a esta rebaja, propiciada por los sectores más próximos al PSOE del Gobierno de Pedro Sánchez, significa que los ciudadanos dejaremos de recibir, a través de la Agencia Tributaria, una cantidad en torno a lo 1,3 millones de euros. Una bagatela que impedirá que los miembros y miembras del Consejo de Ministros puedan gastar en cuestiones sociales una cantidad similar y que permitirá a las eléctricas dejar de abonar una buena propina con la que se ahorrarán costes.
A falta de conocer la letra pequeña del acuerdo gubernamental sobre la bajada del IVA en el precio de la luz, me gustaría confirmar que esa reducción repercutirá en el precio final que los consumidores tendremos que pagar a las eléctricas, o no. Porque, por lo que uno sospecha, aunque no lo tiene seguro, esta rebaja no supone que las eléctricas tengan que bajar la factura definitiva, ya que existen varios caminos inextricables para disfrazar la rebaja por otros medios.
A mí me parece que el ala socialista del Gobierno tiene una querencia fundamental por reducirles los costos a las grandes empresas y sobre todo a esas mafias organizadas que son los fondos de inversión que tienen un porcentaje interesante de acciones en las empresas eléctricas. Si alguien dudaba porqué a estos fondos se les apellida buitres no tienen más que estar atentos a la pequeña pantalla. Como el escorpión del cuento, con sus exigentes beneficios rápidos, podrían decir que es su carácter.
Por eso me resulta sospechoso que las Calviño girl's, es decir aquellas chicas socialistas que tienen dominio sobre las cuestiones económicas del Gobierno (Montero, Ribera, Maroto y la propia Nadia Calviño, que no se sabe si está en el Gobierno nombrada por el PSOE o por un fondo de inversión) tengan tanto apego a las reducciones de los impuestos de las grandes empresas. La solución aprobada por el Consejo de Ministros es una reedición del lampedusismo dominante que plantea que cambie todo para que todo siga igual.
Es que, además, este ala socialista del Gobierno, no es la primera vez que promueve decisiones para que los fondos buitre no sufran ningún rasguño. El propio titular de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, abogó por incentivar a los dueños de las viviendas con el fin de que rebajen los alquileres, sin añadir que, como todos saben, grandes fondos buitres controlan el mercado de la vivienda de alquiler en España. Da lo mismo que el asunto figure en el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos. A las mafias organizadas no parece que haya quien las tosa.
Es probable (ya os lo contaré tras el próximo recibo) que vaya este servidor a pagar una factura inferior a la del mes pasado, pero quizá lo más importante no es que uno abone ocho o diez euros menos a las grandes eléctricas, sino que el Gobierno modere los excesos del mercado con medidas que no perjudican al conjunto de la ciudadanía ni que se dispare en el pie, con unos ingresos por tributos menores, De 1,3 millones, que darían para más de una mariscada.
DdA, XVII/4890
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