viernes, 18 de junio de 2021

LOS ABUELOS DE LAS RESIDENCIAS CUYA MUERTE QUEDARÁ IMPUNE


Félix Población

El año pasado quedará en el registro negro de la historia de este país porque el número de fallecidos contabilizados por el Instituto Nacional de Estadística es el más alto de los último cien años, sólo superado por el de hace justamente un siglo, cuando la gripe mal llamada española acabó con la vida de algo más de 494.000 mil personas. En 2020 murieron algo más de 492.000. Esta cifra supone un 17,7 por ciento más en relación con las registradas en 2019.

Como es sabido, el mayor impacto en fallecimientos a causa de la pandemia de COVID 19 lo sufrieron aquellas personas mayores de 75 años y las que superaban los 85, por ser unas y otras las más vulnerables frente al virus. Comparados con los datos de 2015, según leemos, los octogenarios fueron los más castigados por la pandemia.

Especialmente grave fue la incidencia del virus en las residencias y geriátricos del país, minuciosamente analizada por el periodista Manuel Rico en un libro de reciente publicación en el que recoge los artículos firmados en InfoLibre. Los datos durante la primera ola de la enfermedad arrojan un total de 6.000 ancianos fallecidos en la Comunidad de Madrid. La cifra global en España ronda al cabo de más de un año los 30.000.

Los partidos Más Madrid, Partido Socialista y Unidas Podemos registraron en la Asamblea de Madrid una petición para reanudar la comisión de investigación sobre esos hechos. Las derechas más o menos asilvestradas no van a apoyar esa petición porque el Partido Popular, según su propio comunicado, "no va a ser ningún tipo de soporte para que jueguen con el dolor de las familias madrileñas e intenten utilizar ese dolor contra Isabel Díaz Ayuso”.

Tanto cinismo y desfachatez sobrepasa todo lo imaginable, habiendo correspondido la gestión sanitaria de la pandemia a todos y cada uno de los gobiernos autonómicos y siendo  la comunidad de Madrid la que registró más fallecidos en el total de España. El total de muertes en el país superó en 5.0000 los que registraron en 1938, el año más negro de la guerra. Es una triste paradoja que las víctimas más vulnerables de la pandemia hayan sido aquellos abuelos que vivieron en su niñez aquel horror, seguido de una posguerra de miseria y represión, propiciados en origen por un derecha asilvestrada y una parte del Ejército.

      DdA, XVII/4879     

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