domingo, 2 de mayo de 2021

PACO FARALDO, POR "MULERÍAS"

J
osé Argüelles

Paco Faraldo, a quien tanto queremos, ha sacado de su magín una novela entre vanguardista y mesetaria que ha titulado “Onofre, Raimond Queneau y una mula”, publicada por Bohodón Ediciones. Una muy amena historia, localizada en las tierras “cismontanas” del “prieto picudo”, en las riberas leonesas del viejo Ástura o Esla, o sea, en predios de lo que fue el Conventus Asturum primero y, hasta ayer mismo, antes de la peste coronavírica, refugio de miles de asturianos en busca de las bondades de su seco y salutífero clima. Un territorio que, como buena parte del noroeste peninsular, está sumido también en algunas de las melancolías (e injusticias) de esa España vaciada o vacía que con tanto acierto ha contado Sergio del Molino. El libro trata de eso también, además de otros muchos asuntos –el amor y el humor, la comida y la vida– en la mejor tradición cervantina. No digo más, y por dar solo una pista, que la mula del título se llama, precisamente, Aldonza. Pero la novela, que dibuja una precisa geometría narrativa, trata además del punto de vista (Queneau y sus exhaustivos ejercicios de estilo) y de la autonomía del personaje (Unamuno, Pirandello…), siempre con una lúcida ironía de terciopelo que el lector agradece. Mansilla de las Mulas o Mulilla de las Mansas, como se dice en estas páginas, y la comarca de los Oteros acaban de incorporarse con prestancia al paisaje literario español gracias al talento de uno de sus vecinos más agudos.

DdA, XVII/4834

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