miércoles, 26 de mayo de 2021

LAS AMAPOLAS NOS PUEDEN HACER MUY TONTOS, MUY TONTOS

 


Félix Población

El campo de amapolas que aparece en la imagen y es propio más del mes de abril que de finales de mayo, parece haber surgido allí donde el paisaje urbano se muestra más inhóspito y despoblado los fines de semana: un polígono industrial. Quienes busquen una fotografía similar a la que aquí se estampa, es muy posible que eligieran otros ámbitos para encontrarla. 

El que aparece está al pie de una autopista, a unos pocos kilómetros de la ciudad de Salamanca, y cuando me bajé del coche para dejar constancia de la imagen, me lleve un pequeño sobresalto al advertir que entre las amapolas aparecía una cabellera rubia de mujer, ocupada en hacerse unos cuantos selfies entre la floreada pradera.

Su presencia apenas se advierte en la fotografía porque estaba materialmente subsumida en la vegetación y porque tuvo además la discreción de ocultarse para no salir en la imagen. Su hallazgo me recordó que días atrás leímos en los medios de información las invasiones sufridas por un campo de amapolas ubicado en la carretera A-8031, entre los municipios andaluces de Alcalá de Guadaira y Dos Hermanas. 

Parece ser que allí se desató una auténtica fiebre masiva por fotografiar o fotografiarse en el lugar, hasta el punto de que se requirió la presencia de la Guardia Civil para disolver la concentración de vehículos estacionados en la zona. De nada han valido las advertencias de la dueña del terreno haciendo saber que el campo estaba sulfatado y podía ser peligroso para la salud de quienes se internaron en el mismo. 

Pudo más el "postureo" de quienes utilizaron la florida campiña para dejarse ver en las redes, bañados de amapolas, y ocasionaron uno de esos fenómenos virales que evidencian lo tontos que nos estamos volviendo sin sentir vergüenza. Más bien haciendo masiva ostentación de ello.

       DdA, XVII/4858      

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