Félix Población
A
lo largo de mi vida profesional, iniciada poco antes de la Transición, solo
tuve oportunidad de conocer a dos políticos que merecieran mi estima personal.
Aquel tiempo y siguientes se hicieron como se hicieron y no se enmendaron
después, por lo que era harto difícil encontrarse con políticos dignos de
aprecio, pues en su mayoría –por entonces y por ahora- llegaban a la política
mayormente aquellos que en sus profesiones no tenían mucho futuro y perseguían
y siguen persiguiendo desde un escaño colmar sus ambiciones de poder o
poltrona.
A
don Enrique Tierno Galván, el mejor alcalde de Madrid, lo retiró de la política
su fallecimiento a los 68 años de edad, poco después de que le enviara a quien
esto escribe unas líneas de gratitud en recuerdo del joven periodista al que
conoció en el primer mitin político de la democracia naciente. A Julio Anguita
le falló su corazón, después de sufrir a un PSOE que según sus propias palabras
era a mediados de los noventa del pasado siglo sinónimo de corrupción.
A
Pablo Iglesias Turrión lo retiró de la política, ayer, 4 de mayo, todo el fango
de los hijos del fango que a lo largo de estas cuatro décadas largas se
encostraron en la política y el periodismo hasta hacer imposible que el más lúcido,
digno y honrado de los políticos españoles del último medio siglo pudiese
continuar al frente del partido que vivificó este país durante los últimos
siete años.
Es
muy posible que gracias a Pablo Iglesias pueda seguir existiendo una izquierda
digna de su nombre en España, y también que al frente de la misma una mujer sea
por fin la próxima candidata a la Presidencia del Gobierno, pero no tengo
ninguna duda de que su retirada de la política institucional, después de haber
sido hasta hace unos meses vicepresidente segundo del Gobierno de España, se va
a sentir como una gran orfandad entre quienes lo admiran y creen en la entereza
ética y cívica de su persona.
Puede
que estén satisfechos todos los hijos del fango que durante estos siete años no
han dejado de acosarlo política, personal y familiarmente con todo tipo de
insidias y difamaciones. Puede también que, a no mucho tardar, toda esa gentuza se lo vuelva a encontrar para
hacer frente a tanta miseria moral como anida y sobreabunda en los medios de
comunicación. No me puedo imaginar a Pablo Iglesias en el retiro de su aula
universitaria cuando tanto y tan provechoso para la salud democrática y moral
de este país cabe esperar de quien hizo despertar a la izquierda con su
proyecto político y goza de tal capacidad de comunicación y convocatoria.
La
retirada de Pablo Iglesias de la política institucional -escribí ayer a bote pronto,
nada más saber la noticia- lo honra definitivamente y deshonra definitivamente
a quienes no dejaron de hostigarlo con todo tipo de felonías, así como a
aquellos medios de información conchabados contra su persona y su política.
Para que ni la política ni los medios puedan seguir siendo feudo de los hijos del
fango que los controlan y dirigen, es de esperar que la izquierda que lideró
Iglesias y los proyectos que asuma en el porvenir respondan al alma de aquel
15-M.
Si
rotunda fue la victoria de la derecha extremada ayer en Madrid y negra la
perspectiva de un gobierno con la extrema derecha en la Puerta del Sol, gracias
a la debacle del Partido Socialista, eso no va a comportar para las fuerzas
reaccionarias la dicha de haber acabado con la voz que más daño puede hacer a
su ideario retrógrado, por más balas que le manden por correo postal. Que no
cuenten con ello porque eso no va a pasar.
DdA, XVII/4837
4 comentarios:
jamas habia visto un politico como el españa esta llena de mierda y habeces me da verguenza ser española como es posible la pasividad de los españoles de hoy no tenemos verguenza
Jamás a mis 50 años me había ilusionado un partido político y me había sentido representada como me ocurrió con la entrada de podemos y sobre todo de Pablo Iglesias en la política.Solo puedo dar las gracias por todo
Se fue el mejor!! Es honrado, inteligente, culto, progresista,empatico,libre etc. Me volvió a ilusionar porque expresaba mis ideas, lo que yo deseo para una sociedad más justa y equilibrada, con un futuro para mi nieta y todo eso lo destruyeron los medios de comunicación y sobre todo la gente que se dejó arrastrar por sus mentiras, en vez de pensar por ell@s mismas...
Pablo Iglesias no se irá nunca, pues nos queda su legado como en su día nos quedó el de Julio Anguita, PODEMOS seguirá mientras quede un mínimo de decencia en este p..o país.
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