sábado, 15 de mayo de 2021

EL 15M NO ESTÁ MUERTO, SON OTROS LOS MUERTOS


Pablo Echenique

Hace hoy 10 años, salimos a las plazas a decir con indignación verdades que todo el mundo sabía pero que estaban ausentes de la opinión publicada. Nos llamaron el “15M” y las encuestas por aquel entonces decían que más del 70% de los españoles estaban de acuerdo con lo que estábamos planteando.

Apuntemos el tamaño del abismo porque no es baladí. La inmensa mayoría del pueblo de nuestro país expresaba unas opiniones que estaban ausentes de casi todos los medios de comunicación. Y eso también lo sabíamos en las plazas. Por eso cantábamos “Los políticos nos mean, los medios dicen que llueve” o “Apaga la tele. Enciende tu mente”.

Muchas cosas han cambiado desde el 15 de mayo de 2011, pero otras siguen siendo muy parecidas. La concentración de la propiedad de la mayoría de los medios de comunicación en manos de grandes poderes económicos que defienden los privilegios de una minoría muy pudiente de la población y la consiguiente distancia abismal entre opinión pública y opinión publicada fueron elementos muy importantes en el surgimiento del 15M y son también elementos que, no solo persisten en 2021, sino que, posiblemente, se han exacerbado.

En 2011, la opinión publicada trabajaba para vender una España plácida y próspera en el marco de un maravilloso consenso bipartidista fraguado en la transición mientras millones de familias de clase trabajadora y de clase media veían destruidas las condiciones materiales de vida de los suyos. Pero, entonces, aún se guardaba cierta apariencia de neutralidad.

En 2021, por el contrario, las caretas han caído y las cartas están boca arriba encima de la mesa. En esta década, hemos observado un in crescendo que tuvo su punto de inflexión en la difusión por parte de casi todos los grandes medios de comunicación de calumnias falsas fabricadas por mafiosos en las cloacas del Ministerio del Interior para intentar amañar las elecciones o sabotear la formación de gobiernos. Un escándalo democrático –estrictamente, una intentona golpista– por el cual todavía no hemos escuchado pedir perdón a ninguno de los poderes mediáticos que participaron de él. En los últimos meses hemos visto incluso a líderes de opinión en las principales cadenas apostar abiertamente por determinados partidos políticos e insultar sin complejos a otros.

Por eso, de nuevo, en el décimo aniversario del 15M, esos mismos poderes mediáticos que, en 2011, estaban gastando miles de millones en dibujar un país que no tenía nada que ver con la realidad, esos mismos poderes mediáticos que después siguieron gastando miles de millones en intentar destruir a las fuerzas políticas surgidas del 15M, hoy te van a decir que el 15M está muerto. Lo cual es, obviamente, la prueba irrefutable de que la realidad es, de nuevo, todo lo contrario.

El 15M no sólo no está muerto, es que está en el Congreso de los Diputados, en el BOE y en el Gobierno de España.

Hoy, cuando los poderes mediáticos que defienden los intereses de una minoría privilegiada muy pudiente te cuenten que el 15M está muerto, recuerda que, entonces, hartos de un turnismo de cartón-piedra que no servía para resolver los problemas de la gente trabajadora, cantábamos en las plazas: “Parece democracia y no lo es”, “Que no, que no, que no nos representan”. Y recuerda que creamos una fuerza política con nuestras propias manos y sin pedir ni un euro a los bancos y acabamos para siempre con el bipartidismo.

Hoy, cuando los poderes mediáticos que defienden los intereses de una minoría privilegiada muy pudiente te cuenten que el 15M está muerto, recuerda que, entonces, hartos de estar gobernados por ladrones mientras la gente corriente lo pasaba mal, cantábamos en las plazas: "No falta dinero, sobran ladrones", “No queda pan para tanto chorizo”. Y recuerda que un grupo parlamentario lleno de gente que despertó políticamente en el 15M fue la pieza clave para echar al partido más corrupto de Europa del Gobierno de España.

Hoy, cuando los poderes mediáticos que defienden los intereses de una minoría privilegiada muy pudiente te cuenten que el 15M está muerto, recuerda que, entonces, hartos de vivir vidas de precariedad mientras otros cerraban negocios turbios y millonarios en los palcos los grandes campos de fútbol, nosotros cantábamos en las plazas: “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, “Violencia es cobrar 600€”, “Me sobra mes al final del sueldo”. Y recuerda que la fuerza política nacida de las plazas y hoy sentada en el Consejo de Ministros ha subido el salario mínimo a 950€, ha protegido más de tres millones y medio de empleos con los ERTEs y va a derogar la reforma laboral del Partido Popular y a regular los precios abusivos de los alquileres por mucho banquero que se nos ponga delante.

Cuando estábamos en las plazas desnudando sus vergüenzas, la corrupta Esperanza Aguirre y, más tarde, la corrupta y amiga de Villarejo María Dolores de Cospedal, nos retaron con desdén a montar un partido y presentarnos a las elecciones. Eso fue justo lo que hicimos… y acabamos para siempre con el bipartidismo y sacamos sus corruptas manos de la Moncloa y ahora gobernamos mucho mejor que ellos.

Hoy, cuando los poderes mediáticos que defienden los intereses de una minoría privilegiada muy pudiente te cuenten que, si bajas a comprar el pan, te pueden ocupar la casa y por eso te tienes que poner una alarma de Securitas Direct, que bajarle los impuestos a los multimillonarios es la mejor manera de que a ti te vaya bien, que libertad de prensa es tener sentados a sicarios mediaticos de ultraderecha en todas las tertulias, que la justicia es imparcial, que el rey trabaja mucho y está muy preparado, que todos los políticos son iguales, que los extremos se tocan y que no se pueden cambiar las cosas... Cuando hoy te cuenten que el cambio de peinado de Pablo Iglesias significa que el 15M está muerto, tú sonríe y recuerda otra cosa que también cantábamos en las plazas: “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”.


La última hora DdA, XVII/4847

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