lunes, 17 de mayo de 2021

"¡ÁNIMO, ISRAEL!", ENTRE LA GILIPOLLEZ Y EL MATONISMO



Vicente Bernaldo de Quirós

Si en vez de un tuit animando a Israel a que siguiera bombardeando sin piedad a Palestina, Toni Cantó escribiera 'ETA, mátalos', el popular actor que cada día se derechiza más, se enfrentaría a una investigación judicial por apología del terrorismo, aunque su tuit sea todavía más despreciable que el que fomenta el tiro en la nuca, porque apuesta por las bombas contra la población infantil y eso es apología del genocidio.

Curiosamente, este vergonzoso tuit de Cantó no tendrá repercusión judicial, porque la legislación española no contempla la equiparación de genocidio con terrorismo y porque nuestro ordenamiento jurídico no trata los mismo a un asesino que tira bombas contra los indefensos que a quienes buscan con la violencia la independencia de su país.
Y sin embargo es más despreciable el tuit porque Cantó anima a una potencia con mayores posibilidades armamentísticas de destrucción a seguir asesinando a civiles, niños y mujeres, mientras los palestinos no tienen ni aviones ni tanques para hacer lo propio. No sería una guerra, sino una agresión injustificada de quien roba las tierras a los demás, ocupa su territorio y pretende que calle la boca y sea sumiso a los intereses de los genocidas.
Al menos, ETA se enfrentaba a un Estado con mas poder y la posibilidad de reacción metiendo en la cárcel a los que mataban. Y a veces, abusando de su posición de Estado monopolizador de la violencia.
Es difícil que por el miserable tuit de Cantó se le pueda abrir un proceso. Podría decir que su 'Animo, Israel' es una forma de apoyo (con y griega, Abascal, con y griega, analfabeto) a una hipotética selección de baloncesto sionista, porque el delito de odio es apenas imperceptible para nuestros juristas por razones obvias, Y si se apela a la libertad de expresión, lo mismo es asumible que asesine Israel que ETA, salvo que existan prejuicios ideológicos.
Lo que sí pone de manifiesto el miserable tuit de Toni Cantó es que a nuestra derecha patria le priva el matonismo de quienes ostentan la fuerza como patrimonio de su ideología. Y le parece perfecto que los suyos maten sin dar explicaciones. Y lo que también evidencia es que en la derecha existe una especie de gilipollez invasiva que arrasa con todo. Como una nueva pandemia.

DdA, XVII/4849

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