Félix Población
Ninguna duda tengo a la hora de afirmar que se nos ha muerto en Madrid, a los 94 años de edad, no solo el poeta mayor de cuantos escribían en lengua española y vivieron con nosotros hasta ayer, sino el que para mí ha sido nuestro mejor prosista. Tengo sobre mi mesa para reafirmarme en esto último un ejemplar de La costumbre de vivir, segunda parte de La novela de la memoria, una auténtica joya literaria publicada por la editorial Alfaguara en 2001. Uno de esos pocos libros a los que se puede llamar gozosas porque festejan la ventura de leer y disfrutar intelectual y formalmente de la escritura. De igual entidad es la primera parte de sus memorias, Tiempo de guerras perdidas, publicado en 1995. Desconozco si estos dos libros han sido estudiados o se estudian en nuestros colegios e institutos, pero sí creo que resultarían imprescindibles en la formación de las jóvenes generaciones. Igualmente creo que el estudio de la poesía de José Manuel Caballero Bonald, que tantas veces llevé conmigo en mis paseos por el campo, debería figurar como materia predilecta en las clases de Literatura. Recuerdo a este respecto las pocas líneas con las que Caballero contestó a una carta mía de felicitación por su nonagésimo aniversario, cuando le dije que entre las formas de celebrar a los poetas que me gustaban estaba la de leerlos en voz alta en un entorno campestre y apacible: "Gracias por esa amable y sonora andadura con la que me obsequia. Lectores como usted dan horizonte al verso, aun siendo tan de minorías". Siento que el poeta haya fallecido después de conocer los resultados de las últimas elecciones autonómicas en Madrid: léase la entrevista con Caballero Bonald publicada en Cuarto Poder hace unos años.
Carnal fuego amoroso
Léase@también: "Para Caballero Bonald, el fascismo está agazapado, a la vuelta de la esquina", entrevista en Cuarto Poder
DdA, XVII/4841
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