viernes, 2 de abril de 2021

UN FANTASMA RECORRE KOSOVO



Vicente Bernaldo de Quirós

Como veis, queridos españolistas, la cosa no fue para tanto y no se cumplieron las profecías del mayordomo de Nostradamus. La unidad de España se mantuvo inalterable y ni siquiera se resquebrajaron los cimientos constitucionales. Además, la selección de Luis Enrique obtuvo plácidamente la victoria, aunque no jugara de rechupete y está clasificada, casi prácticamente para el Mundial de Quatar.
   Cuando el bombo de la FIFA emparejó a España con Kosovo en el mismo grupo eliminatorio para el próximo campeonato del mundo de fútbol, los más conspicuos de los patridiotas españoles pusieron el grito en el cielo y lamentaron que se obligara a España a enfrentarse con una selección de un país que no reconocíamos porque podría ser la puerta de entrada a la independencia de Cataluña, del País Vasco o de las mísmísimas Islas Baleares.
   Hubo tal histeria españolista que hasta los más radicales plantearon que la selección de fútbol renunciara a participar, aunque es verdad que fue una minoría muy minoritaria. Solo faltaba, dijeron las autoridades deportivas que la doble campeona de Europa y vencedora de Sudáfrica 2010 se fuera para casa por un brote de nacionalcatolicismo de los más voxciferantes de nuestros patriotas.
   Claro que ahora era impensable rememorar aquella renuncia a los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956 vistiendo de dignidad por la invasión rusa de Hungría lo que en el fondo no era más que una asunción del ridículo papel patrio en las Olimpiadas, en las que no jalábamos ni rosca de medalla.
   Políticamente, España no reconoce a Kosovo como nación soberana, porque tiene miedo de que esa debilidad diplomática pueda representar una puerta abierta a unas indeseada admisión de las comunidades históricas en el bombo de la FIFA y porque además Kosovo tiene escasa importancia estratégica, incluso para ls propios naciones que desmembraron la antigua Yugoslavia y es solo la guarida de unas mafiosos de pacotilla.
   En su día, Yugoslavia sufrió la división territorial más cruel de la Europa de finales del siglo XX, básicamente porque a determinados países les importaba hacerse con las riquezas de Croacia y Eslovenia. Así, siguiendo los pasos de la Alemania de Helmut Khol que necesitaba a los croatas para ir ensayando el IV Reich que demudó en fiasco  y del Vaticano que, con el fanático Juan Pablo II al frente de la Iglesia quería catequizar en exclusiva a la católica patria de los ustachi, Occidente bombardeó Serbia por arriba y por abajo, gracias al impagable Javier Solana, que de aquella era el pope de la OTAN.
   Lo cierto es que después de la guerra y del tribunal ad hoc ni Khol ni el Papa polaco fueron sentados en el banquillo, ni siquiera a título de ausentes, pero si lo hicieron dirigentes serbios y croatas, e incluso algún kosovar que era evidente que se había excedido con el narcotráfico. Ahora, el dirigente alemán y Juan Pablo II están en el infierno y posiblemente puedan compartir experiencias con Slobodan Milosevic, el presidente serbio, el más malo de los malos de ese conflicto.
   Pasó el tiempo y Yugoslavia fue dividiéndose en varias naciones, de las que Bosnia y Kosovo eran las cenicientas que a nadie le apetecía apadrinar. Pero la FIFA que siempre quiso hacer caja con las flamantes naciones que llegaban al mundo, admitió en su club a los kosovares para poder participar en competiciones europeas.
   A España (perdón, a la ultraderecha española) le sentó a cuerno quemado, pero dejó el tema en stand by hasta que el bombo le llevó a jugar juntos. Visto el partido del miércoles, la selección kosovar le dio a nuestro combinado la posibilidad de sumar más puntos para estar en el Mundial, aunque no haya desplegado su mejor juego. Los patridiotas tuvieron que callarse, ya que ni en Olot abundaron los lazos amarillos para animar a Kosovo ni sonó a todo volumen el irrintxi batasuna mendi tontorrean en las herriko tabernas de la Rentería profunda, porque en realidad el partido de fútbol les tiraba del pijo.
    Esta es la crónica de un fantasma que recorrió Kosovo parafraseando al de Marx que recorrió Europa, sin que pasara nada extraordinario ni la civilización española sufriera merma alguna en sus objetivos patrios. Bueno, ahora que se vayan preparando para cuando el sorteo nos depare una eliminatoria con Gibraltar, que también está en el bombo de las naciones futboleras, por mucho que les inquiete a la España de charanga y pandereta. Ganaremos, seguro.   

DdA, XVII/4806

No hay comentarios:

Publicar un comentario