Félix Población
De la correspondencia terrorista
sabe bastante este país, que tuvo por muchos años a ETA como protagonista principal
de la violencia hasta que el ejecutivo presidido por Zapatero acabó con ella no
hace muchos años. Desde entonces no se habían vuelto a leer cartas como las
recibidas por el ex vicepresidente segundo del Gobierno, el ministro del
Interior y la directora general de la Guardia Civil estos días, en plena
campaña electoral en la Comunidad de Madrid.
Con toda seguridad, la presencia de
Pablo Iglesias como candidato por Unidas Podemos en esos comicios, poniendo al
menos en duda las posibilidades de un gobierno autonómico de derecha extrema,
pudo impulsar a los remitentes a tomar esa decisión y atreverse al terrorismo
epistolar como remate al largo, pertinaz y ominoso periodo de acoso y derribo
que sufre desde su creación el partido morado.
Esas balas, por lo tanto, tienen su
nauseabundo caldo de cultivo repartido entre quienes no han dejado de difamar e
imputar a los dirigentes de Podemos o a la propia formación política de
supuestos delitos que fueron archivados una y otra vez por los tribunales. En
la difusión de esas falacias e infamias han colaborado casi todos los medios de
información, incluida la cadena SER, que el pasado viernes se encontró en sus
propios estudios con los efectos de su repudiable política informativa.
Lo que la candidata de Vox hizo en el
programa Hoy por hoy de esa emisora –poner
en duda la veracidad de las amenazas de muerte-, durante el debate a cinco con
los restantes candidatos, fue culminar con la más miserable de las actitudes el
largo rosario de mezquindades propaladas por determinados medios de
comunicación, entre las que cabe mencionar las amenazas de muerte contra
dirigentes de Podemos suscritas a micrófono abierto por un conocido comunicador
de manera impune.
Como todo vale contra Unidas
Podemos, la candidata Monasterio llegó a dudar explícitamente del renacimiento
de una correspondencia terrorista contra Pablo Iglesias y dos representantes
del Gobierno, cuyos desconocidos remitentes bien podrían tenerla como candidata
al gobierno de la Puerta del Sol. Después del cartel xenófobo y aporófobo de
Vox, denunciado por la Fiscalía Provincial y propio de la propaganda de Josep
Goebbels, la extrema derecha nos ha venido a recordar por su repudiable actitud
ante esas balas por correo que fueron las balas en este país las que acabaron
con los votos y escribieron el más trágico episodio de nuestra historia. Por
eso esta cita del 4 de mayo puede llegar a ser la más importante que los
madrileños han tenido hasta ahora con las urnas.
Por nuestro reciente pasado con el terrorismo
de ETA y el de extrema derecha, o por el vivido y sufrido durante buena parte
del siglo XX con el terrorismo franquista, conviene en estos casos recordar a
Cicerón: Historia magistra vitae est. Historia vero testis
temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vital, nuntia vetustatis: La historia es maestra de la
vida, genuina testigo del tiempo, luz de la verdad, memoria y maestra de la
vida y mensajera de la antigüedad. También nos
vale Cervantes cuando en su/nuestro Quijote escribió que la historia es el camino de la verdad, ejemplo y
aviso de lo presente, y advertencia de lo por venir.
El pasado viernes los demócratas
debieron abandonar el estudio de la cadena SER en el mismo momento en que lo
hizo Pablo Iglesias. La reacción de Ángel Gabilondo y Mónica García, retirándose
después del descaso tras un posible asesoramiento a distancia, no fue todo lo
diligente que cabía esperar. Ahora lo que cabe es que todos los electores
demócratas sepan enterrar con sus votos en las urnas la impresentable
posibilidad de que esa extrema derecha, reflejada en su propaganda racista y en
su candidata aberrante, pueda hacer valer un gobierno de cuño muy reaccionario
en la Puerta del Sol. Todo el país estará muy pendiente de lo que ocurra porque
a todo el país compete. Nos jugamos la democracia.
*Artículo publicado hoy en La última hora
DdA, XVII/4829
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