Muy interesante, a juicio de este Lazarillo, el análisis que hace hoy mi estimado Raúl Solís en La última hora al analizar la última encuesta del CIS. Para ello debe tenerse en cuenta que la traidora escisión en Podemos protagonizada por Íñigo Errejón tuvo lugar poco antes de que se celebraran los anteriores comicios autonómicos y municipales. En una sociedad que mayoritariamente no sigue con demasiado interés la actualidad política, lo que expone Raúl debería ser tenido en consideración, si bien ante el próximo 4 de mayo no se dan las mismas circunstancias que aquellas, en las que Más Madrid favoreció además esa confusión de marca propiciada por su escisión tardía y repentina con las fotografías de Manuela Carmena y Errejón en las papeletas electorales:
Raúl Solís
La última encuesta del Centro
de Estudios Sociológicos (CIS) sobre intención de voto en las elecciones
madrileñas refleja que aproximadamente un 40% de los electores que votaron a
Más Madrid en 2019 lo hicieron creyendo que votaban a Unidas Podemos, lo que
indica que el partido de Iñigo Errejón tendría voto prestado por confusión
de marca en detrimento de la formación morada.
Es particularmente interesante
el recuerdo de voto en la encuesta postelectoral que publicó el CIS
en 2019, justo después de los comicios autonómicos. En el recuerdo de voto
inmediatamente posterior a la celebración de las elecciones, Unidas Podemos
tenía casi dos puntos porcentuales más de voto que lo que realmente obtuvo.
Así, mientras UP obtuvo un 5,56% de votos en las autonómicas de 2019,
el recuerdo de voto en el sondeo de CIS ascendía al 7%.
A Más Madrid le
ocurrió algo similar, pero en sentido contrario: su recuerdo de voto estaba por
debajo del voto real obtenido en 2019. Si los de Iñigo Errejón obtuvieron en
las últimas elecciones madrileñas un 14,65% de sufragios, sólo el 9,5% de
los encuestados expresó haberlos votado después del proceso electoral. De este
modo, 36 de cada 100 votantes que votaron a Más Madrid en 2019 no lo recordaban
semanas después.
En la última encuesta del
CIS, publicada la semana pasada, el recuerdo de voto a Unidas Podemos ha
aumentado tres puntos más que en 2019, llegando hasta el 10,4%, cuando su
resultado en 2019 fue un raquítico 5,56%, la mitad del voto recordado.
A Más Madrid, por su parte, le
ocurre que su recuerdo de voto baja hasta el 8,7%, ocho décimas menos que en la
encuesta postelectoral de 2019. Es decir, a medida que pasa el tiempo, menos
gente recuerda haber votado a los de Iñigo Errejón y aumenta quienes piensan
erróneamente que votaron a Unidas Podemos. De ahí que haya expertos de la
demoscopia que sostengan que es un error hacer la cocina de las encuestas en
base al recuerdo de voto.
Las autonómicas de 2019
supusieron un ‘ticket electoral’ entre Manuela Carmena e Iñigo Errejón,
dos figuras muy vinculadas al espacio del cambio y Podemos,
confundiéndose su afiliación partidista con la de la formación morada.
No es casual que, tanto en las
elecciones al Ayuntamiento de Madrid como en las autonómicas, las papeletas de
voto de Más Madrid fueran con la imagen de ambos líderes con el objetivo de
arrastrar voto desinformado o despistado de Unidas Podemos.
Estos datos deberían preocupar
a Pablo Iglesias y a Unidas Podemos. Si los morados clarifican la marca con
la que concurren a las elecciones madrileñas, estarían en disposición de
disputarle a Más Madrid casi la mitad de los sufragios que obtuvo el
partido de Errejón en 2019. Del mismo modo que a Más Madrid le interesa
la confusión de marca para arrastrar hacia su papeleta al votante que
piensa que Unidas Podemos y Más Madrid son lo mismo.
DdA, XVII/4814
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