martes, 20 de abril de 2021

¿MANTENIDOS Y SUBVENCIONADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE?


Lazarillo

Cada día que pasa faltan menos para que este país asista a una prueba sobre su expectativas de decencia. La frase podrá sonar muy fuerte y hasta se podría considerar excesiva, pero me temo que  el próximo 4 de mayo se va a ventilar algo fundamental para el devenir del país en los últimos años y que creo tiene más que ver con la decencia que con la política. Puede que seamos muchos los que no entendemos que la derecha extremada y la extrema derecha sigan estando a la cabeza en las encuestas con vistas a gobernar en la Puerta del Sol, después de su catastrófica gestión de la crisis sanitaria. Si ni los miles de ancianos fallecidos en las residencias en la soledad y el abandono, porque el gobierno de Díaz Ayuso acordó un  protocolo para que no fueran ingresados en los hospitales, ni los repetitivos insultos de esa señora a la inteligencia de muchos y a la dignidad de los más desfavorecidos mueven a los madrileños a evitar un segundo y aún más reaccionario gobierno bajo su presidencia, no solo aquella región sino este país tendrán un grave problema para creer en su futuro porque se habrá dado un grave paso hacia atrás, del que al día de hoy no se pueden siquiera ni prever las consecuencias, aun sabiendo que serían las peores. Es muy posible que en ningún país de nuestro entorno europeo más próximo, ni siquiera en la Italia de  Salvini (ahora en los tribunales) o en la Francia de la señora Le Pen, se haya tenido la desvergüenza de calificar a los ciudadanos que integran las llamadas colas del hambre de mantenidos y subvencionados, tal como ha hecho en España quien podría ser una vez más presidenta de la Comunidad de Madrid. Hago por lo tanto mío el comentario de mi estimado amigo Pablo Álvarez, confiando en que la erigida lideresa de la extrema derecha en esa región, la señora Ayuso, encuentre acomodo en la oposición durante la próxima legislatura. Si así no fuere, habrá quien apetezca el exilio. Por cierto, esta señora no es ninguna tarada. La tara está en quienes la mueven:

"En las colas del hambre hay miles de historias distintas. Historias muy duras, tristes, desgarradoras.En las colas del hambre huele a drama humano, a tragedia, a puta mala suerte.En las colas del hambre purga su infortunio la trabajadora despedida, el obrero empobrecido, la inmigrante esclavizada, la abuela desahuciada, el chaval que nunca tuvo una oportunidad. Personas de carne y hueso, intentando sobrevivir, luchando por mantenerse a flote. Cómo haría cualquiera.La única diferencia que existe entre ellas y nosotros es que, hasta ahora, hemos tenido más suerte. Ni más ni menos. Y conviene no olvidarlo nunca.  Para mirar a la cara del hambre y pedir ayuda, hay que ser muy valiente. Para insultar a quiénes sufren la violencia económica y social que tú y los tuyos habéis construido con vuestro discurso, hay que ser muy miserable.Ayuso no es solo una imbécil mantenida y subvencionada, es una imbécil que supura odio hacia todas y todos aquellos que no forman parte de su esfera social. Algo que parecen desconocer muchas y muchos de sus votantes, que están más cerca de las colas del hambre que del despacho de esta tarada". 

          DdA, XVII/4824         

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