sábado, 24 de abril de 2021

LAS BALAS ENVIADAS A PABLO IGLESIAS Y SU OMINOSO Y PERTINAZ CALDO DE CULTIVO



Raúl Solís

En 2014 nació un partido que reventó las encuestas electorales y que irrumpió en 2015 en el Congreso de los Diputados con 69 diputados, a escasos escaños de hacerse con la hegemonía de la izquierda y de desplazar al PSOE. Entonces toda la maquinaria del Estado se puso a funcionar para que las encuestas finalmente no llegaran a buen término y los dueños de España no sufrieran la pérdida de sus privilegios. Ciudadanos podría haber superado al PP en el campo de la derecha sin que se pusiera en jaque el Estado del 78, pero Podemos no podía superar al PSOE en la izquierda porque el régimen entonces se caía como un castillo de naipes.

Inventaron informes policiales que fueron remitidos a periodistas que, sabiendo que eran falsos, los publicaron para que la gente creyese que Podemos se había financiado de forma irregular con dinero procedente del régimen venezolano. Casi en una veintena de ocasiones se han archivado denuncias sobre una supuesta financiación irregular de Podemos. Los medios que abrían a toda página, a toda televisión, o a toda radio con el informe policial falso, luego, cuando la denuncia era archivada, no dedicaban ni un breve.

El primer medio de comunicación que difunde esos informes falsos, mandados a elaborar por el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, es la Cadena Ser, por boca de su periodista Ana Terradillos, quien como premio sustituye a Ana Rosa Quintana cuando ésta se va de vacaciones con su marido, también juzgado por su vinculación con las cloacas del Estado por extorsión.

En cualquier país decente, Ana Terradillos habría sido despedida e inhabilitada para ejercer la profesión periodística. Por supuesto, la vetusta Asociación de la Prensa de Madrid, que tiene su sede en el Barrio de Salamanca de la capital de la Corte, no ha salido nunca a defender la ética periodística, pero no ha cesado de atacar a Unidas Podemos cuando se defendía de la mentira.

Lo que se hace con Podemos en los medios no es un enfoque, no es pluralismo, es un plan para diabolizar una opción política. El periodismo debe tener las vías lo suficientemente anchas para que entren todos los enfoques y todas las líneas editoriales, pero nunca debería admitir la mentira. El único límite del periodismo debería ser la mentira. A este periódico y a mí mismo nos podrán acusar de no ser neutrales, que no lo somos y no nos escondemos, pero nunca nos podrán decir que mentimos. Ana Terradillos sigue ahí, de jefa de sección en, nada más y nada menos, la Cadena Ser que hoy se encuentra consternada por las balas recibidas contra Pablo Iglesias, sus padres e Irene Montero.

El odio contra los líderes de Unidas Podemos no lo han generado los ciudadanos que odian a Unidas Podemos, sino unos medios de comunicación que han roto todos los límites del código deontológico para derribar al único partido político que en 40 años tiene fuerza electoral para modificar los pactos antidemocráticos de las élites que han dado lugar a que un 30% de la población española viva en situación de pobreza. Eludo el eufemismo “en riesgo de pobreza” porque en riesgo estamos todos y todas, hasta yo que tengo un salario digno.

Ok Diario, la web del tertuliano de cabecera de La Sexta, Eduardo Inda, fundó su periódico con una subvención de medio millón de euros del Gobierno de Mariano Rajoy, concretamente del exministro de Industria José Manuel Soria, el mismo que denunció a la jueza, exdiputada de Podemos por Las Palmas de Gran Canarias y actual delegada contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, por un supuesto caso de corrupción cometido por Rosell en su labor como magistrada. La causa fue sobreseída.

La web de Eduardo Inda ha servido para lanzar un odio infame contra Unidas Podemos, especialmente contra Pablo Iglesias, pero no solamente. Ha servido sobre todo para que Inda pueda ser invitado como tertuliano a difundir el falso informe policial encargado en 2016.

Antonio García Ferreras, director de La Sexta, amigo íntimo de Eduardo Inda y de Florentino Pérez, ha permitido y permite que Inda siga acudiendo a la tertulias a lanzar odio y mentiras, incluso después de haber sido condenado judicialmente por mentir. El problema del periodismo en España se llama desprecio a la verdad y está arrastrando a la democracia al fango.

Antes de que un energúmeno envíe una bala a un político hay muchas tertulias y mensajes de odios lanzados desde los medios de comunicación, que es donde la ciudadanía forma sus opiniones políticas. Ángels Barceló, que hoy se hace la estupenda porque Iglesias ha recibido un sobre con balas y ha abandonado el debate organizado por la Ser tras no condenar las amenazas Rocío Monasterio, candidata de Vox a la Comunidad de Madrid, lleva años permitiendo que en su programa se emitan monólogos insultantes, capciosos, llenos de odio y mentiras por parte del humorista Marco Antonio Aguirre, que tiene especial aversión contra Unidas Podemos, aunque algo menos que Miguel Ángel Aguilar, quien no le perdona a los morados que hayan nacido y que a diario lanza soflamas de odio indistinguibles de Jiménez Losantos en Hora 14, otro espacio central de los informativos de la Ser. A Podemos le han llegado a acusar en el programa de la estupenda Ángels Barceló de querer quitarle la vivienda a los españoles.

A la historia de la infamia pasarán las cuñas de autopromoción que hace unos meses difundió la Ser y que decían lo siguiente: “¿En 2021, se legalizarán las ocupaciones de vivienda, en ciertos casos, como quiere Podemos o tal vez no? ¿Seguirá el presidente Iglesias jugando sus bazas por debajo del Consejo de Ministros?”. Cuñas emitidas en el programa de Ángels Barceló sin que le pareciera grave decirle a sus oyentes que Podemos quería ocuparles su vivienda o que Iglesias urdía contra el Consejo de Ministros como si fuera un golpista y no un legítimo vicepresidente segundo del Gobierno de España.

Podríamos continuar hablando de Ana Rosa Quintana, quien trata a los líderes de Unidas Podemos como si fueran delincuentes y que se jactó, mientras entrevistaba a Ayuso, de que el fascismo era el lado correcto de la historia. Podríamos hablar de Susana Griso, que tiene al torero Francisco Rivera Ordoñez, hooligan de Vox, sentado en su sofá como si sus ideas de odio fueran normales y no un atentado contra los valores democráticos. Podríamos hablar del día que la reina de las mañanas de Antena 3 invitó a Abascal a desayunar en su casa, normalizando el fascismo sin pudor.

Podríamos hablar de Vicente Vallés, que ha inventado una nueva modalidad de informativos televisivos en los que el presentador opina contra Unidas Podemos al final de cada pieza emitida. Podríamos hablar de los informativos de Antena 3 de ayer mismo, que emitieron un reportaje con Vox señalando a menores migrantes que están solos en Madrid con el objetivo de criminalizarlos mientras que no sacaron nada de la campaña electoral de Unidas Podemos.

Podríamos hablar de las veces que se ha llamado delincuentes a las familias desahuciadas o que los mismos trabajadores de TVE llevan meses denunciando el tratamiento a Unidas Podemos y las entrevistas-masaje que se le hacen a los líderes de la ultraderecha. Podríamos hablar de que Ok Diario ha estado sobrevolando un dron con una cámara en las ventanas del Ministerio de Igualdad con total impunidad.

Podríamos hablar de que ha habido periodistas que han llegado incluso a ir a la guardería de los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero para intentar saber el comportamiento de los niños para luego publicarlo. Podríamos hablar de que Iglesias y Montero tuvieron que abandonar sus vacaciones en Asturias porque unos hooligans los amenazaron y los medios tampoco lo creyeron grave.

Podríamos hablar de que Iglesias y Montero llevan dos años de acoso en su casa, que incluso se han saltado la tapia y han fotografiado el interior de la vivienda, y periodistas como Ana Terradillos, pero no únicamente, lo han calificado de “jarabe democrático”. Podríamos hablar de que las ecografías de los hijos de Iglesias y Montero han aparecido en prensa. Podríamos hablar de que a Juan Carlos Monedero y a la eurodiputada Marisa  Rodríguez Palop les quisieron pegar unos simpatizantes de Vox este verano mientras tomaban unas tapas en un bar de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Las balas no han llegado solas. Hay un sector de la población, también un sector de la progresía en búsqueda constante de estatus, que ha decidido comprar todos los mensajes de odio contra Unidas Podemos porque les importa más su posición que la verdad y la justicia social. La población que ha inoculado el odio contra Iglesias en realidad es víctima, ha sido envenenada por unos medios de comunicación convertidos en brazos mediáticos del poder económico que tiene como objetivo diabolizar a Pablo Iglesias porque representa la modernización y democratización de nuestro país, justo lo contrario que defienden los dueños de España desde el siglo XIX.

Antes de una bala hay muchas horas de tertulias en televisión y radio, muchos editoriales odiosos y muchos reportajes en periódicos que tienen intención de deshumanizar a actores políticos legítimos que cuentan con el voto de millones de personas. En realidad, el odio contra Podemos no es más que la reacción de los privilegiados y sus portavoces contra el único proyecto que tiene en el centro medidas contra la desigualdad económica y que quiere revertir la ruptura de los pactos sociales.

La bala enviada a Pablo Iglesias tiene nombres y apellidos de periodistas y lleva también el nombre de periódicos, emisoras de radio y televisiones que han abandonado la ética periodística, porque antes que periodismo hacen negocios, porque sus periodistas antes que periodistas son portavoces del poder económico, aunque ahora se hagan los estupendos como si el odio se hubiera fabricado solo.

La última hora DdA, XVII/4828

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