lunes, 19 de abril de 2021

EL CAOS DE LAS VACUNAS POR INTERESES ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS

 


Vicente Bernaldo de Quirós

   La distribución de la vacunación en Europa puede ser considerada, como mínimo de caótica, como consecuencia de las distintas vicisitudes y los episodios de descontrol a la hora de remitir las sucesivas dosis a los países que se tienen que encargar de inocularlas, además de las correspondientes precauciones precisas para que la dispensa de estos antídotos no deje al personal turulato.
   Y ¿de quién es la culpa de este desbarajuste que no termina de afrontar cualitativamente la lucha contra el coronavirus y deja jirones de credibilidad entre las personas de buena voluntad? Pues, como en el cuento, todo el mundo tiene culpa y todo el mundo tiene parte de razón, pero es verdad que hay más responsables unos que otros.
   El primer causante de este desasosiego europeo es, sin duda, la industria farmacéutica, que ha jugado con la salud de muchos ciudadanos y ha preferido primar el negocio a la sanidad y a la erradicación de la pandemia. Baste solo recordar los incumplimientos insistentes de los laboratorios para enviar las vacunas, cuando ya habían firmado contratos con los responsables comunitarios para que así fuera.
   El caso más sangrante parece ser el de AstraZéneca, el consorcio suecobritánico, que prefirió servir la vacuna a estadounidenses e israelíes porque les pagaban mucho más de lo que se habían comprometido. Lo curioso es que el antídoto en el país de los USA anda danzando por ahí sin llegar al grueso de la población  y solo a determinados colectivos de élite. Y en cuanto a Israel en su cruzada para parecerse cada día más al nazismo, el Gobierno sionista ha discriminado a los palestinos a los que les niega la posibilidad de vacunarse. Curiosa democracia en Oriente Próximo.
   El segundo culpable es, sin duda, la Unión Europea, que no ha sabido centralizar las compras para todos los países que la conforman en su obsesión por preservar el libre mercado de la calidad de las vacunas y centrando solo su adquisición en las recomendaciones de los dirigentes más obtusos de la Organización Mundial de la Salud, que nuevamente se ha visto desbordada en este asunto, debido a los intereses económicos de sus contribuyentes más influyentes.
   Es evidente que la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen ha hecho el más absoluto de los ridículos y ha quedado a la altura del betún en la gestión de esta crisis, hasta el punto de que ha utilizado un conflicto protocolario con Turquía para tratar de desviar la atención.
   Von der Leyen no ha sabido imponerse al chantaje de las multinacionales farmacéuticas y ha caído en su juego brutal de exigir más dinero de lo pactado, a pesar de que los laboratorios han recibido subvenciones más que generosas para investigar la vacuna que. en el caso de AstraZeneca llegaron al 97%, en un ejemplo de la irónica prevalencia del libre mercado sobre las ayudas. Es evidente que la política alemana, militante de la CDU debe irse cuanto antes para su casa antes de que acabe con la Unión Europea.
   Cada uno de los países que forman parte del club comunitario tienen menos culpa, pero algo de ello hay, cuando no han sabido levantar la voz para exigir los derechos de sus habitantes a la hora del pinchazo y, en el caso de España, se ha planteado una batalla ideológica por parte de determinadas comunidades, especialmente Madrid, para reventar el calendario vacunador-
   A pesar de que los especialistas en el control de las vacunas, resaltaron la eficacia de la rusa Sputnik, por razones geopolíticas y claramente ideológicas, la Comisión Europea no ha querido incorporarla a la nómina de las inoculaciones, pese a que dos países de la UE, Hungría y Eslovaquia lo han hecho por su cuenta y ahora Alemania se plantea claramente comprar dosis de este fármaco-
   Lo absolutamente sorprendente es lo que ocurre con las vacunas china y cubana, que tienen dosis de eficacia elevada, según los expertos. En el caso de esta última, que recibe el nombre de Soberana, es silenciada en muchos medios de comunicación ligados al neoliberalismo rampante, por lo que su contraste científico no se puede regir por los mismos parámetros que las demás. Los que la conocen hablan muy bien de ella, pero subrayan, sobre todo, que una nación con el bloqueo de los yanquis y el boicot de muchos países y de la industria del sector, haya sido capaz de fabricar una vacuna e inmunizar con ella a buena parte de la  población de la isla y naciones hermanas.
     Como veis, el caos de la vacunación es enorme, pero, sobre todo, está motivado por intereses económicos y geopolíticos que basan su estrategia en la hegemonía ideológica y cultural de los países más cercanos al Imperio. Tiene su lógica.

      DdA, XVII/4823      

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