viernes, 30 de abril de 2021

EL CALADERO DE VOTOS DEL CENTRO

Vicente Bernaldo de Quirós

En los tiempos del bipartidismo, cuando aún creíamos que la Transición había servido para que todos cediéramos algo para poder vivir en democracia, sin que sospecháramos que unos cedieron casi todo y otros, los de siempre, casi nada, los más moderados de una de las dos formaciones que gobernaban solían llevarse el gato al agua y a su líder a La Moncloa.
Era la época en la que estaba de moda aquello de que el caladero de los votos estaba en el centro, como repetía sin cesar el que fuera presidente de Castilla La Mancha, José Bono quien se refería al centro derecha y al centro izquierda para definir al PP y al PSOE, porque las demás formaciones no existían o eran tan minoritarias que la nomenklatura española no les hacia ni caso.
Afortunadamente, el bipartidismo se fue para no volver y en España las políticas se ajustaron más a los deseos reales de los ciudadanos que no creían tanto en una alternativa de partido, sino en un cambio real de política e ideología. Hoy en día serían muy problemáticos los moderados de cada formación y serían engullidos por los más radicales, o quizá de los más ruidosos.
Si ponemos como ejemplo la actual campaña electoral de la Comunidad de Madrid, convendremos todos que los más centristas o más moderados se han quedado relegados a un segundo plano y son el Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso, radicalizado hasta el paroxismo y en una deriva ultraderechista, que nada tiene que envidiar a Vox, quien parece encabezar las preferencias de los votantes y el propio partido de Santiago Abascal, con quien rivaliza en el odio a la izquierda.
Pero esto realmente no es nuevo, sino que se viene produciendo desde hace años, con la irrupción de la ultraderecha en el Parlamento español y más concretamente desde que Pedro Sánchez arrebató el Ejecutivo a Mariano Rajoy en la primavera de 2018. Más o menos podríamos datar esa época como la dela polarización de España.
Hablar hoy, pues, del caladero del centro en la búsqueda de votos se ha quedado anticuado y sin que a la vista figure una fecha para la finalización de este enfrentamiento nacional, que no solo es ideológico, sino territorial, tenemos radicalización para rato, aunque José Bono lo siga diciendo.
Pero, claro, la idea del ex presidente manchego no era tanto evitar el frentismo en la España democrática, sino evitar que el PSOE girase más a la izquierda y sus dirigentes se comprometieran con una idea más progresista de este país. Porque entonces él quedaría fuera de juego. Como lo está ahora.

DdA, XVII/4833

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