lunes, 19 de abril de 2021

DIARIO DEL AIRE: EL DULCE SUEÑO DEL COLIBRÍ

 


Lazarillo

Mar Verdejo Coto, a través de Aves Asturias, nos regala esta preciosa imagen de un colibrí descansando, a lo que parece, sobre una flor tras darse un atracón de néctar. Con toda seguridad, es seguro que los suyos van a ser unos sueños de muy dulce placidez, si es que opta por echarse la floral siestecilla a la que parece muy predispuesto sobre uno de los pétalos. La fotografía es parte de una serie realizada por Mousam Ray y obtuvo el segundo premio Sanctuary Wildlife Photography Awards 2020. Como es sabido, los pequeños colibríes son pájaros muy activos y nectarívoros que precisan consumir la mitad de su peso (poco más de ocho gramos de vida, a los sumo) en alimento, algo que se procuran gracias a una larga lengua que les permite succionar el néctar de las flores a través de la estructura arrollada en la parte superior. Por su velocidad innata para el vuelo, al colibrí se le considera un mensajero y guardián del tiempo, y también se le identifica con el amor la alegría y la belleza. También su peculiar lengua les sirve como herramienta para configurar sus nidos en forma de copa, a base de hilos, ramas y plumas. Los manuales de aves dicen que los hacen mediante el lengüeteo y el apisonamiento. Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), poeta mejicano, escribió estos versos en los que nombra al colibrí:

                                       Pobre verso condenado
a mirar tus labios rojos
y en la lumbre de tus ojos
quererse siempre abrasar;
colibrí del que se aleja
el mirto que lo provoca,
y ve de cerca tu boca,
y no la puede besar.


DdA, XVII/4823

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