Vicente Bernaldo de Quirós
¿Cuántos cadáveres de negros estadounidenses son necesarios para que se acabe de una vez por todas la violencia policial contra estos ciudadanos y las personas de orden dejen de hincar las rodillas en tierra exigiendo justicia?¿Cuántas manifestaciones tienen que producirse, con sus correspondientes discursos en los estados sureños del país para que se ponga término al supremacismo blanco del que hacen galas las élites norteamericanas desde hace muchísimos años, prácticamente desde toda la historia del país?
El racismo de Estados Unidos es su verdadero talón de Aquiles. La supuesta consideración de superpotencia de los norteamericanos tiene demasiadas fisuras para aguantar tanto tiempo como los reyes del mambo político y económico. Por esa razón han perdido el pulso y se muestran desabridos y acojonados ante nación es en ascendencia como China y Rusia. Y por eso han tenido que apelar a la inteligencia de los servicios secretos israelíes para tratar de escapar de su marasmo.
Desde el asesinato por asfixia del afroamericano George Floyd en mayo de 2020, a manos del oficial de policía con antecedentes Derek Chauvin, el país de la libertad como se proclaman ellos mismos y los más catetos del mundo occidental ha sufrido una mutación muy interesante, con la aparición del fenómeno Black Lives Matter, que se ha institucionalizado como la respuesta oficial de la mayoría de población de los USA a la violencia de los blancos más ultraconservadores.
El crimen de Floyd ha marcado un antes y un después en la vida cotidiana de Estados Unidos y se ha popularizado por extensión el acto de hincar la rodilla a tierra como homenaje al camionero asfixiado y no hubo (ni hay) evento en el país en que se exteriorice el asco de muchos norteamericanos por los sucesores embocados del Ku Kus Klan.
Ya va siendo hora de que los estadounidenses de paz levanten las rodillas y se pongan en pie porque no hay que protestar por un crimen en más contra la población negra. Es difícil que suceda porque cada poco un policía descerebrado, pero que luego es absuelto por un juez pasota y un jurado de blanquitos acomplejados, dispara con gatillo fácil y excusas de leguleyo contra cualquier afroamericano que se encuentren de noche mientras patrulla. En el fondo, los blancos de USA tienen un pánico enorme a ser cada vez más minoritarios en el país que invadieron en el siglo XVII llevándose el puritanismo más despreciable con el que convivieron en Gran Bretaña y Holanda. Entre los afroamericanos, los hispanos y los asiáticos, a los padres de la Patria norteamericana les falta el aire.
Estos días atrás se celebró el juicio por el asesinato de Floy y la familia recibió una indemnización de 27 millones de dólares, que no les devuelve al ser querido, pero al menos, les permite, a sus parientes y amigos, un descaso en las rodillas hincadas en el suelo,m si bien muchos analistas piensan que van a tener que arrodillarse nuevamente muy pronto.
La indemnización no supone el fin del juicio por asesinato para Derek Chauvi, aunque los expertos no son optimistas en que vaya a tener una sentencia justa, a pesar de sus antecedente y de sus múltiples vejaciones a detenidos y ciudadanos de ese país. Pero, al menos, cambia el rumbo de los procesos contra policías que asesinan a negros en los Estados Unidos. O, al menos, todo el mundo espera que así sea. Y si no, ya están los Black Lives Matter (las vidas de los negros importan) para recordárselo cada vez a los intransigentes y violentos sheriffs del condado.
DdA, XVII/4792
No hay comentarios:
Publicar un comentario