viernes, 19 de marzo de 2021

EL PARTIDO POPULAR O VOX: ¿QUIÉN SUPERARÁ A QUIÉN EN DENOSTAR A IGLESIAS?



Félix Población

La sección sexta de la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado al juez de instrucción número 45 de Madrid la admisión de la querella presentada por el vicepresidente segundo del Gobierno contra el coronel retirado Diego Camacho por posibles delitos de injurias o calumnias, expuestas en artículos y declaraciones en los que acusaba al líder de Podemos de poner en riesgo la seguridad nacional por haber trabajado "a sueldo" de Venezuela e Irán, y relacionarlo con el narcotráfico, el terrorismo y los intereses extranjeros. 

Todo ello constituye la versión reciclada del "a sueldo de Moscú", prodigada en la dictadura contra quienes luchaban contra el franquismo, como si estas cuatro décadas de democracia no hubiesen operado la más mínima señal evolutiva en el pensamiento del coronel Camacho, si bien este ha esperado a su retiro -como otros militares de manifiesto- para hacer pública su injuriosa soflama. La resolución de la Audiencia Provincial considera que Camacho no expuso una crítica política a la gestión de Iglesias en cualquiera de sus cargos, sino que "le imputa graves delitos ajenos a sus funciones y a su tarea en cuanto tal". 

A la espera de la resolución de este caso, desde la asesoría mayor de Rodríguez en la presidencia de la Comunidad de Madrid se ha puesto en marcha -desde el mismo día y hora en que Iglesias se postuló como adversario de la derecha extrema- una campaña electoral "a lo Camacho", que para eso la jefa Ayuso es la predilecta del presidente de la fundación que lleva el nombre del extinto caudillo. 

El objetivo del muñidor de los comicios, acaso bajo la asesoría a su vez de quien fue su superior en el pasado, no ha disimulado esa estrategia contra el líder de Podemos desde el primer minuto, tal como la propia presidenta hizo nada más conocer la candidatura de Pablo Iglesias con una mendacidad de parvulario, reincidente hasta el hastío en pintarnos a su rival como un caribeño en chándal al que rinde pleitesía un séquito de mujeres en confortables mansiones.  

Su objetivo no es otro que adelantarse a Vox en la próxima campaña con la voz del odio -porque solo el odio puede mover a tanta imbecilidad-, ese odio rancio y reaccionario esgrimido como razón política por quienes se creían que con una convocatoria electoral sorpresiva y en medio de una pandemia vencerían en la batalla de Madrid, con más consecuencias que revalidar el gobierno en esta Comunidad. No contaban con quien se lo va a poner difícil y más se lo pondría de contar con la candidatura de unidad propuesta, rechazada por quienes a lo peor tendrán que lamentarlo. 

DdA, XVII/4792 

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